Wallapop se está ganando a pulso un espacio de honor en La Jungla. Las historias que se forjan a través de la aplicación trascienden su objetivo de compraventa y suponen todo un panorama hilarante de lo peor y lo mejor del ser humano. Si hace algunos días dábamos cuenta de una bronca monumental que surgió por una simple batidora, hoy nos hacemos eco de una venganza viral digna del mejor guión de Hollywood.
Cualquiera que haya usado la plataforma de venta online sabe a lo que nos referimos cuando hablamos de esa desconfianza que suele surgir cuando quedas con el comprador o vendedor. ¿Aparecerá? ¿Me dejará tirado? ¿El producto será tal y como me enseñó o me intentarán dar gato por liebre? Estas incógnitas, que en la mayor parte de los casos se resuelven sin complicaciones, en ocasiones nos dejan historias cómicas como la que ha narrado en un hilo de Twitter el tuitero Reda.
El chico explicó en primer lugar que su madre (que, por lo visto, cualquiera le dice que no) le pidió que acompañase a su hermano a comprarle un libro a una señora con la que habían quedado. Tras todo un periplo para llegar puntuales, ella no estaba y todo empezó a enturbiarse:
Así, con un mosqueo más que justificado, decidieron que quien ríe el último ríe mejor y urdieron un plan que han retuiteado miles de personas:
Seguro que la mujer se lo piensa dos veces la próxima vez que intente reírse de nadie a través de Wallapop.
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