Nada se propaga mejor por las redes sociales y los grupos de WhatsApp que un contenido truculento y alarmista, aunque tenga poco o nada que ver con la realidad. Lo que no suele ocurrir es que el origen de un bulo sanitario sea un médico. Pero esto es lo que ha ocurrido con la última tendencia viral, un terrorífico vídeo en el que se extrae del interior del labio de un hombre un gusano de buen tamaño.
El origen de este contenido equívoco es el polémico Jesús Candel 'Spiriman', un médico andaluz muy significado en la defensa de la Sanidad Pública y con una considerable audiencia de seguidores en Twitter: "Este bichito es muy pequeño y vive sobre las latas de refrescos ..Se pega al humano y crece como se ve...Nunca bebas de envases directamente sin limpiar", escribía.
Según 'Spiriman', el vídeo se lo había pasado "una compañera". Pero en realidad es una réplica directa del tuit de otro usuario granadino de la red, sin relación con el mundo sanitario (luego aclararía que "se lo había enviado un médico" al que a su vez se lo había enviado "una colega microbióloga"). El contenido es el siguiente, y puede herir la sensibilidad del lector:
Ante la propagación de este bulo, numerosos expertos en seguridad alimentaria, medicina y parasitología han salido a la palestra para desmentir que lo que se muestra sea algo que se pueda contraer por beber de una lata.
Lo que estamos viendo es una larva de mosca Dermatobia hominis, un insecto que habita en América y que, efectivamente, puede llegar a gestarse en zonas de la piel humana, como las mucosas de la boca, nariz y oídos, o introduciéndose por alguna herida o picadura de otro insecto.
La "miasis" a la que se hace referencia significa que la mosca ha puesto sus huevos en otro insecto, como un mosquito, y éste es el responsable de inocularlo en el cuerpo humano si entra en contacto de la forma descrita. Las larvas crecen entonces hasta salir por si solas o si, como en el caso del vídeo, se extraen de forma ambulatoria.
En cualquier caso, por escalofriante que resulte, la parasitación no es grave para el ser humano, aunque sí, lógicamente, molesta. La lección que hay que extraer en cualquier caso es que no es un caso que se pueda contraer en España o Europa, y de ninguna manera ocurriría por beber de una lata.
Eso no significa, sin embargo, que "beber a morro" esté exento de riesgos. Como recuerda la experta en seguridad alimentaria Gemma del Caño, las tapas de los refrescos no son una superficie estéril y han podido estar expuestas a contaminantes ambientales en su almacenaje, transporte y manejo.
No está de mas, por tanto, limpiarlas antes de consumir, aunque las consecuencias no serán las del vídeo de Spiriman que, por cierto, no ha borrado pese a los abundantes desmentidos profesionales a la historia.