Que Pablo Iglesias tiene un sentido del humor un tanto escabroso, tétrico incluso, es algo conocido. Que se lo pregunten si no a Mariló Montero o a algún compañero de partido. Y que el líder de Unidas Podemos tiene la piel fina en lo que se refiere a las noticias sobre su persona es algo que saben bien los periodistas, acostumbrados a sus latigazos más justificados en algunas ocasiones que en otras.
Su último 'toque' a los medios, sin embargo, resulta difícil de explicar. El vicepresidente se ausentó a última hora de la mesa de negociación entre Gobierno y Generalitat que ha centrado la polémica política por un problema médico, una amigdalitis. Y la noticia se ilustró en numerosas plataformas, incluyendo a la Agencia EFE, con una foto reciente de Iglesias tocándose la garganta.
La razón para la foto es fácilmente comprensible: un indicio de que el político se ha estado doliendo por la inflamación de amígdalas en los últimos días, hasta el punto de impedirle acudir a la importante cita. Pero, por algún motivo, esto parece molestar a Iglesias, que ironiza con que los medios publicarían fotos de zonas más comprometidas de su anatomía si sufriese un problema del sistema genitourinario como la prostatitis.
Lo cierto es que el vicepresidente ha perdido una buena oportunidad de derribar mitos y concienciar sobre la importancia de cuidar la salud de la próstata, especialmente en hombres a partir de su edad. Entre otras cosas, el tacto rectal al que alude y parece temer no es ya ni tan frecuente ni tan importante para el diagnóstico.
Eso sí, sin entrar a valorar los "remedios de abuela" que detalla para su inflamación de garganta, el hecho de que señale que está tomando "antibióticos" nos indica que su amigdalitis es de origen bacteriano. Un dato a señalar porque como destaca con estupor Iglesias, y esta vez plenamente comprensible, determinados medios han llegado a relacionar su dolencia con el coronavirus.
Y es que tampoco está de mas recalcar por enésima vez que los antibióticos no sirven contra los virus, lleven corona o no.
De regreso al tuit de Iglesias, las reacciones indican que la famosa retranca de los mensajes de la formación morada está empezando a hartar a sus seguidores, especialmente desde que tienen responsabilidades de Gobierno. Así ocurrió con el vídeo de Podemos que parodiaba la crisis interna de Cs como un videojuego.