Margarita del Val, doctora en Bioquímica y una de las virólogas más reputadas del CSIC, dirige en el organismo científico una plataforma que reúne a 200 grupos de trabajo que investigan sobre el coronavirus, por eso ella es una de las fuentes más habituales a las que recurre la prensa para conocer más datos sobre la pandemia. Sin embargo, después de su zasca a Susanna Griso, quizás deje de aparecer tanto en la televisión.
La experta aparecía en directo en Espejo Público el pasado jueves, contestado a las preguntas de Griso, cuando ésta le planteó si consideraba que el Gobierno tendría que haber "desautorizado" la manifestación del 8M o prohibido todos los actos multitudinarios una semana antes "como en Francia y Alemania". Margarita del Val tomaba entonces la palabra para reiterar la idea de que "ahora sabemos cosas que en ese momento no sabíamos".
"Se podían haber prohibido las manifestaciones del 8 de marzo, los partidos de fútbol; se podría haber limitado el transporte público; se podían haber cerrado los restaurantes; se podía haber evitado montarse en taxi porque estaba el aire lleno de que el paciente anterior, a lo mejor, había tosido y se quedaba ahí retenido", explicaba la científica en el programa.
Un "repaso" viral
Margarita del Val podría quedarse ahí y no seguir ejemplificando circunstancias que, con lo que sabemos ahora, no tendrían que haberse producido, pero la mujer continuó su enumeración con un caso que sonaba a indirecta para Griso: "Se podía haber limitado la asistencia a los platós de televisión de invitados, que también es una mezcla continua de gente nueva. No hicimos nada de todo eso", dijo.
Siguió explicando que lugares como los gimnasios o los centros de culto eran peligrosísimos sin saberlo. "Ahora sabemos que todas las actividades en sitios cerrados son muchísimo más transmisoras de la infección de lo que son en sitios abiertos", zanjó, insistiendo en que "las menos graves fueron las que se hicieron al aire libre" y lanzando un contundente alegato final que, en Twitter, propició el paralelismo entre la científica e Íñigo Montoya, entrañable personaje de La princesa prometida.
"Ahora ya no vale quejarse de una de las actividades, lo siento por ustedes. Es decir, nos tenemos que quejar de todas":
Por supuesto, Del Val se ha ganado el aplauso de la red social:
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