El cantante José Manuel Soto lleva meses siendo más popular por sus declaraciones en Twitter que por su música. Es uno de los personajes que tampoco se pone filtros para mostrar sus opiniones tal y como las piensa, le gusten o no al resto de la humanidad. No obstante, en ocasiones, el hombre adolece de un cierto hartazgo, como le ha ocurrido esta semana.
Y es que no debe ser fácil aguantar que cada vez que abras la boca suba el pan en forma de cientos de haters criticando cada una de tus palabras. Así que Soto ha llegado al límite y quiso compartirlo con sus seguidores, confesando que está "saturado de política y, a la vez, preocupado con la deriva totalitaria".
Añadió, además, que "mi salud mental me pide pasar de todo y ser feliz, pero mi responsabilidad me exige denunciar abusos y ser fiel a mis principios". Admitió que "cada día" se gana "nuevos enemigos y nuevos vetos", algo que le hace replantearse si de verdad merece la pena seguir luchando:
Lejos de lanzarlo a los tiburones, el tuit de Soto provocó una oleada de respaldos de tuiteros que se encuentran en una situación parecida a la del cantante.
Los ánimos fueron suficientes para que Soto coja aliento para seguir en la brecha y poner la otra mejilla "aunque nos la partan":
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