Aquellos aplausos a los sanitarios que secundábamos cada día a las ocho de la tarde parecen ahora muy lejanos. Mientras el personal de los hospitales sigue atendiendo a los contagiados y se prepara para lo que pueda llegar en las próximas semanas, una parte de la población abraza las teorías negacionistas poniendo en riesgo la salud de todos, como en la manifestación de Colón de la pasada semana.
Estos negacionistas, los que hablan de una plandemia, están protagonizando bochornosas escenas a lo largo y ancho de nuestro país. Una de las últimas está protagonizada por una mujer que acudía a un centro de salud de la Comunidad de Madrid. Su actitud burlesca y violenta con el personal sanitario ha sido captada en un vídeo que compartió la cuenta Farmacia Enfurecida en Twitter y no tardó en hacerse viral.
Sin que hubiesen trascendido más datos sobre la fecha de grabación, el lugar exacto y el contexto, se puede apreciar a la mujer, visiblemente alterada, llamando "cómplices" al personal del centro: "La que no controlas eres tú", increpa a la persona que le atiende al otro lado de la puerta desde el interior del edificio, añadiendo que "sois todos unos cómplices de esta plandemia".
"Coronatimo"
La mujer concluye su retahíla de despropósitos repitiendo varias veces que vivimos en un "coronatimo" mientras la trabajadora advertía que iba a llamar a los agentes: "A la Policía, dice, ahora sí que no entro", aseguró al tiempo que les llamaba "sinvergüenzas" y se bajaba la mascarilla. La persona que está inmortalizando el momento le avisa de que tenga "cuidado" porque está grabando y la mujer concluye: "Pues claro, es mi derecho".
Las reacciones no han tardado en sucederse tras popularizarse el vídeo. Sorprendentemente ha habido quien defiende y justifica la actitud de la mujer aunque una mayoría la ha criticado con firmeza:
Algunos tuiteros también han apuntado que en el vídeo completo, al que no hemos conseguido acceso, se ve cómo la mujer pedía que le pinchasen un antiinflamatorio y el personal sanitario la emplazaba a tomarlo por vía oral, de ahí su indignación y su indefendible actitud.