Que los parlamentarios de Vox y los de los grupos nacionalistas hayan tenido palabras duras en el Pleno del Congreso de los Diputados está lejos de ser una novedad; la noticia, de hecho, sería lo contrario. Sin embargo, Gabriel Rufián ha dado hoy con la horma de su zapato tras recibir una contestación a una de sus ya famosas y provocativas expresiones cuando menos se lo esperaba, a tenor de la estupefacción pintada en su cara cuando el diputado Víctor Sánchez del Real reclamó responder por alusiones.
Sánchez del Real había sido el encargado de defender un plan contra la 'okupación' que ha sido rechazado al conseguir únicamente el apoyo de PP y Cs. Vox ha puesto el foco en facilitar un desalojo policial inmediato en menos de 24 horas y "castigar con cárcel a los usurpadores de un inmueble" dando, además, "más protección a los policías que a los delincuentes".
La propuesta ha sido rechazada con acritud por Unidas Podemos, que ha acusado a Vox de "estar generando un alarmismo deseado y buscado" con "leyendas urbanas que tratan de falsear la realidad para obtener beneficios económicos" como es el caso, han citado, de las empresas de seguridad, "sin defender la emergencia habitacional de este país", donde "la lacra no es la okupación sino la especulación inmobiliaria".
Y en la misma línea ha insistido Rufián, precisando que la formación de Santiago Abascal actuaba "patrocinada por Securitas Direct", la empresa de alarmas. El portavoz de Esquerra ha sacado a relucir desde el 'caso Yak-42' al "rescate bancario" para ilustrar cómo "la derecha y la extrema derecha mienten", para terminar concluyendo que, ante el "martillazo económico" de la crisis del COVID-19, "está mucho más cerca de okupar una vivienda de que te la okupen".
Lo que no esperaba Rufián es que Sánchez del Real pidiera contestar desde el escaño invocando el artículo 71 del Congreso, que permite contestar "por alusiones", es decir, "acusaciones directas de haber recibido dinero para hacer mi intervención", añadiendo que el portavoz de Esquerra hablaba de "oídas" visto que ni siquiera estaba en el hemiciclo cuando hablaba él. Tras unos momentos tensos con la presidenta Meritxell Batet en los que aclaró que no iba a "excederse" de los tres minuto que establece el reglamento para este supuesto, el diputado de Vox dio su contestación:
"Mire usted, señor Rufián, mi único patrocinio es defender, como sí he dicho y usted podría haber podido escuchar, el interés y la propiedad de los españoles, sean uno, diez o cien. Y no, yo no estoy condenado por desviar fondos del Estado Español para romper España. Eso lo están los de su partido y sus socios". Con evidente desgana, Rufián ha deslizado un "España se rompe sola, señoría" para zanjar el asunto.