La pandemia se ha cebado con nuestros mayores. Con los abuelos y bisabuelos que contribuyeron a levantar el país con su trabajo en las décadas más oscuras. Muchos de esos ancianos se han ido en soledad, sin poder darle la mano a sus seres queridos por culpa de un virus del que no les dio tiempo a averiguar mucho. En las residencias de toda España se han vivido escenas escalofriantes y el coronavirus todavía se ceba con ellas.
Cualquiera que tenga a seres queridos viviendo en ellas conoce el protocolo de visitas. Incluso en los casos más permisivos, en las zonas donde los contagios son más débiles, hay que solicitar cita previa y guardar las distancias de seguridad. Todavía no han podido darles besos ni abrazos a sus padres y sus abuelos. En otras el panorama para los familiares es aun peor: algunos no pueden ni acceder al interior y deben comunicarse a través de una ventana.
Este último es el caso de los dos ancianos que han sido fotografiados en la residencia Las Camelias, ubicada en la avenida Olímpica de Móstoles, en Madrid. Un tuitero pasó por la zona en el momento exacto y disparó su cámara para inmortalizarlo. Clic. La mujer, en el interior, y el hombre en la calle blanden un teléfono cada uno y se ven a través del cristal. La foto, que lo dice todo sin decir nada, acumula más de 117.000 'me gusta':
¿Qué se dirán? Podríamos pensar que estarán hablando de cosas trascendentes o quizás del pasado, de cuando eran jóvenes y de quién pillara esos años para poder salir a dar un paseo ahora sin jugarse la vida. Quizás estén hablando de lo inevitable, del mandito virus, pero a lo mejor son capaces de abstraerse a ambos lados del cristal y hablar, como solían hacerlo, de lo cotidiano: "Acuérdate de que fulano está de cumpleaños el próximo martes".
Aunque más de 16.000 retuits avalan la imagen, lo cierto es que su autor ha recibido múltiples ataques por lo que algunos han considerado una violación de la intimidad de la pareja. Hemos intentando en vano ponernos en contacto con él para conocer los pormenores de la escena, pero no ha sido posible. En cambio, aseguró en la red social que un familiar de los ancianos se había puesto en contacto con él dándole luz verde.
Sea como fuere, lo cierto es que su tuit ha sido un regalo para muchas personas:
Para otros ha supuesto una llamada más a la concienciación:
Y otros, porque estamos en Twitter y el humor es inevitable, han querido sacar otras lecturas a la imagen:
Desde aquí mandamos mucha salud a los dos protagonistas, a los que les deseamos que puedan abrazarse muy pronto.