El pasado domingo el Papa Francisco publicó su tercera y, por ahora, última encíclica. Fratelli Tutti —hermanos todos— es el título del documento en el que Su Santidad cuestiona "el dogma de fe neoliberal" y carga contra un mercado que, afirma, "no lo resuelve todo". "La fragilidad de los sistemas mundiales frente a la pandemia ha evidenciado que no todo se resuelve con la libertad de mercado", escribió, poniendo sobre la mesa la necesidad de "rehabilitar una sana política que no esté sometida al dictado de las finanzas".
El papa, que escogió para el título de la encíclica una frase de San Francisco de Asís, explicó que en plena redacción de la carta "irrumpió de manera inesperada la pandemia de Covid-19 que dejó al descubierto nuestras falsas seguridades". Considera que "el dolor, la incertidumbre y la conciencia de los propios límites que despertó hacen resonar el llamamiento a repensar nuestros estilos de vida".
Advierte, además, que "pasada la crisis sanitaria, la peor reacción sería la de caer aun más en una fiebre consumista y en nuevas formas de autopreservación egoísta": "El mercado solo no resuelve todo, aunque otra vez nos quieran hacer creer este dogma de fe neoliberal", reitera Francisco en su texto, explicando que "se trata de un pensamiento pobre, repetitivo, que propone siempre las mismas recetas frente a cualquier desafío. El neoliberalismo se reproduce a sí mismo sin más".
La defensa de Rufián
No es ningún secreto que el papa comulga con ideas más progresistas que su antecesor en el cargo, pero aun con todo sus palabras han sorprendido en todo el mundo al señalar tan claramente al neoliberalismo como un enemigo a batir. No obstante, la inmensa mayoría de las sociedades de nuestro mundo se rigen por este sistema o lo padecen de alguna forma, así que Francisco se ha topado con las críticas de aquellos que ven cómo sus palabras podrían hacer tambalearse a sus privilegios.
Calificativos de "comunista", críticas y cuestionamientos al papa inundaron las redes sociales, principalmente, con el argumento de que no se debería de meter en política. Y, precisamente, fueron algunos políticos los que han salido en su defensa. Uno de los más ovacionados ha sido el diputado de Esquerra Republicana de Catalunya en el Congreso, Gabriel Rufián. Fiel a su estilo, con juego de palabras incluido, escribía esto:
Pero no ha sido el único, también el diputado de Más País, Íñigo Errejón, ha querido darle un espaldarazo:
Incluso el presidente Pedro Sánchez ha hecho pública su opinión sobre la encíclica:
Eso sí, de políticos de derechas no hemos hallado ninguna opinión al respecto.