El aplaudido relato de un sevillano inspirado por un escatológico incidente en Semana Santa
En La Jungla. Hay pocas cosas peores en este mundo que tener un apretón y que para ir al WC más cercano tengas que esquivar a miles de personas.
27 diciembre, 2020 00:53Noticias relacionadas
Sentir la llamada de la naturaleza y no poder calmarla de inmediato es un problema gordo. Si a esta imposibilidad le sumas una patología estomacal que reduce al máximo el control sobre la contención del asunto, estaríamos hablando de una auténtica hecatombe. Si a todo esto, que no es poco, le añades que el individuo en cuestión está atrapado en mitad de miles de personas, la situación adquiere tintes de tragedia; pero si se precisa que es un sevillano quien narra esta odisea, lo que tenemos es una auténtica tragicomedia.
La historia que se ha hecho viral en Twitter la ha contado con mucho arte Paco Pavía (@El_Pavia); sin embargo, él no fue el protagonista de la hazaña, sino su "compadre". Este pobre hombre sintió que sus tripas se descomponían en el peor de los sitios y en el momento más fatídico: pegado al arco de la Basílica de la Macarena un Jueves Santo, esperando la salida de la imagen para incorporarse a la famosa Madrugá de la Semana Santa de Sevilla. "En medio de la bulla", describe.
Para los que no conozcan la Semana Grande de la capital andaluza, conviene precisar qué es exactamente la bulla. Antonio Burgos, en su Diccionario Secreto de la Semana Santa la define como la "aglomeración delante de un paso, en una calle estrecha, en una salida, en una entrada, en un cruce de la carrera oficial" y no duda en afirmar que "tiene sus leyes, sus ritos, su física y hasta su química".
"No ir contrasentido"
Aunque casi siempre se producen "en sitios y lugares predecibles", también las hay imprevistas. El consejo que dejó escrito el experto es el mismo para ambas: "La primera norma es no tratar nunca de ir contra el sentido de la bulla, sino aprovecharse de las corrieentes interiores que, a modo de afluentes, se forman en ella". Y esto suponemos que fue lo que hizo el ya famoso compadre de Pavía aquella noche de Jueves Santo:
A mi compadre le cogió una cagalera viendo salir a la Macarena, en medio de la bulla.
— Paco Pavía (@El_Pavia) December 20, 2020
Verídico, al lío.👇🏼
Hará lo menos 15 años, después de horas esperando, y quien sabe lo que es la bulla en la Macarena, se imagina ya la tragedia.
— Paco Pavía (@El_Pavia) December 20, 2020
Ahí estaba el tío, tieso como una caña, con su traje, sin gustarle la Semana Santa, pero la loca de la novia mandaba y este quería dormir tranquilo.
Ahora está mejorcito, pero siempre ha tenido el estómago del revés y ha largado fiestas por arriba y por abajo a la más mínima, puro espectáculo, auténtica guarrería. El "Abubu" lo llamábamos, por la sinfonía gutural que desplegaba cuando iba a largar.
— Paco Pavía (@El_Pavia) December 20, 2020
Un periquito de jardín espurreando.
— Paco Pavía (@El_Pavia) December 20, 2020
Para quien no conozca la situación, imaginaos ser la lenteja justo en el centro de un paquete de a kilo de pardinas. pic.twitter.com/yGPeBgON9L
— Paco Pavía (@El_Pavia) December 20, 2020
Total, que ahí estaba el tío, hasta el níspero de estar de pie durante horas, apretado entre miles de personas, en tol cogollo, y le vino un pinchazo del mojino a la nuca.
— Paco Pavía (@El_Pavia) December 20, 2020
Él, que las cosas del cajón de mierda se las conocía y bien, se echa a temblar. Y se lo dice a la loca. La loca que no se lo cree y el otro que dice que se va, que no aguanta, que se le viene la carga atrás. Que me dejes, que me voy pa casa corriendo o como pueda.
— Paco Pavía (@El_Pavia) December 20, 2020
Loca perdía, estaba y lo está. Que no tiene todos los caramelos en el frasco, vamos. Así que nadie proteste más, loca pa sus muerto.
— Paco Pavía (@El_Pavia) December 20, 2020
Ahí estaba mi compadre, el Wally de Pino Montano, hacía cuentas y no le salían.
— Paco Pavía (@El_Pavia) December 20, 2020
La moto la tenía aparcada en la torre de los perdigones, a un salto en un día normal, toda una expedición por el Amazonas esa noche.
— Paco Pavía (@El_Pavia) December 20, 2020
Miraba por donde salir y no había un hueco, no cabía un alfiler, la gente estaba hombro con hombro, pechito con pechito, culito con culito. Y el culito a mi compadre le ardía. Sudores fríos le caían a la criatura apretando el asterisco, seguro que conocéis la sensación.
— Paco Pavía (@El_Pavia) December 20, 2020
Se orientó y no dijo nada más, empezó a empujar entre la bulla como un pico en una ensaladilla, sin piedad, la mente en blanco y el mojino apretao. Allí quedó la loca, ya volveré, o no, a ver si llego a casa.
— Paco Pavía (@El_Pavia) December 20, 2020
Escribo esto con dolor y fatiga.
No sé lo que tardaría en salir, se le tuvo que hacer eterno, pero ya os digo que no logró salir entero, se le liberó la boquilla de los calentitos y largó espurreao unas espinacas con garbanzos, que ya sabéis que sale verde oscuro y con ese aceitillo colorao como aceite de motor.
— Paco Pavía (@El_Pavia) December 20, 2020
Y ya se acabaron las prisas.
— Paco Pavía (@El_Pavia) December 20, 2020
Como más vale prevenir que curar y aunque ya estaba cagao, siempre podían venir otros males, por lo que al lograr salir de la bulla, cerca ya de la torre, se puso los calcetines de media por encima del pantalón, como un ciclista urbano.
— Paco Pavía (@El_Pavia) December 20, 2020
Pura supervivencia, así se retiene la carga y no chorrea a los zapatos. No pidáis más detalles.
— Paco Pavía (@El_Pavia) December 20, 2020
Superada la prueba de la bulla, no diremos que con nota, al pobre hombre todavía le quedaba un trecho hasta llegar a su casa:
Total, que ahí llegó, cogío la moto y tiró para casa. En cuclillas, con el portapeos levantao para no sentarse sobre la pena, al verlo pasar era como el jinete de un caballo en las carreras de Sanlúcar.
— Paco Pavía (@El_Pavia) December 20, 2020
"Compadre, no hay nada que se enfríe más rápido que la mierda."
— Paco Pavía (@El_Pavia) December 20, 2020
Jamás olvidaré estas palabras.
Parado en un semáforo en rojo se le puso al lado un coche de la policía y el madero, ante tal estampa, no paraba de preguntar por la ventanilla si estaba bien.
— Paco Pavía (@El_Pavia) December 20, 2020
Mi compadre, impasible, sin terminar de sentarse y la cara larga hasta los huevos, ni giraba la perola ni respondía.
El compañero, que se daría cuenta del marrón (marrón🥲) le pidió al otro que dejara de increpar "¿no ves que tiene que ir cagaito el chaval? Déjalo en paz, coño."
— Paco Pavía (@El_Pavia) December 20, 2020
Ya en el calor del hogar, nuestro protagonista se tendría que enfrentar a un último obstáculo:
Y llegó al barrio, dejaría la moto de cualquier manera y subió a casa. Casa donde estaban los padres y que al verlo pasar, flechao al baño, le dijo él a ella "mira, ahí va tu niño, otra vez vendrá cagao."
— Paco Pavía (@El_Pavia) December 20, 2020
Si lo conocerían a esas alturas...
— Paco Pavía (@El_Pavia) December 20, 2020
Lo que pasó después, cagao de la media espalda hasta el sobaquito de la pierna, no es más que pura lógica. Te quitas la chaqueta y te metes vestido a la ducha, liberando la ruina fecal al quitar los calcetines y dejando que el agua haga su trabajo.
— Paco Pavía (@El_Pavia) December 20, 2020
Estoy seguro de que lloraría de emoción, alivio y pena bajo la ducha.
— Paco Pavía (@El_Pavia) December 20, 2020
"Compadre, a los trozos que no pasan por el desagüe se les da con el dedo gordo del pie y se deshacen."
— Paco Pavía (@El_Pavia) December 20, 2020
En su casa se quedó ya, a dormir como un niño chiquito, y allí quedó la loca.
— Paco Pavía (@El_Pavia) December 20, 2020
Tras miles de reacciones a su hilo —algunas de ellas por lo desagradable y gráfico del mismo, pero la mayoría tras provocarles la carcajada—, Pavía quiso aclarar dos cosas. Por un lado, el punto exacto en el que se encontraba su compadre y, por otro, que tenía el permiso de este para contar su escatológica hazaña:
Por ahí debía estar, podéis haceros una idea de la ruina mojinera que se le venía encima, y sin escapatoria.🥲 pic.twitter.com/zz9eCdOxcX
— Paco Pavía (@El_Pavia) December 21, 2020
Recuerdos de mi compadre, os quiere tela. Estamos poco a gusto... pic.twitter.com/NQvmeBGJSW
— Paco Pavía (@El_Pavia) December 21, 2020