Desde que en enero de 2019 dimitió de su cargo de secretario general de Podemos en Madrid y dejó sus escaños en el Senado y en la Asamblea madrileña, de Ramón Espinar hemos escuchado hablar más bien poco. Es cierto que, tras su marcha, se dedicó a cargar contra el reinado de Pablo Iglesias en la formación morada y también que después de las elecciones gallegas en las que perdieron su representación política en la comunidad cargó con todas sus ganas contra ellos.
Aquel 12 de julio de 2020 dijo que en Podemos había "endogamia, incapacidad para llegar a acuerdos, sectarismo" y otras muchas lindezas. No obstante, Espinar no ha vuelto a las páginas de La Jungla por el análisis político, sino por su enésima metedura de pata en Twitter. Todavía está en nuestro recuerdo aquella "mariscada" —los gallegos a aquello lo hubiesen llamado "un par de tapas"— de la que disfrutó en Galicia en la Semana Santa de 2017. Después de haber subido las fotografías a sus redes, terminó por eliminarlas tras las innumerables críticas.
Ahora, el bueno de Espinar la ha tomado con la gente que habla tres idiomas porque, para Ramón, hablar tres lenguas distintas es de privilegiados, es solo para la gente de clase alta. Así que este martes el politólogo se levantó inspirado y escribió en Twitter cargando contra "la gente que sigue creyendo que habla tres idiomas porque se lo ha currado y no como indicador inequívoco de su posición social".
Lluvia de zascas
No contento con su afirmación, en el mismo tuit quiso también sacar a colación el tema del momento y añadió que eso era "la adhesión emocional más común al rollo Andorra, 'lo que tengo me lo he currado' ergo 'si no tienes, no te lo has currado'":
Olvidó por completo Espinar al escribir su tuit varias cosas. Por ejemplo, que buena parte de los españoles son bilingües prácticamente de nacimiento al haber nacido en comunidades autónomas donde se habla otro idioma además del castellano. Así que solamente aprendiendo, como mínimo, el inglés al que uno tiene acceso en el colegio, ya estaría. Menudos privilegios, Ramón.
Asimismo, está llamando pijos a aquellos que se han ido a buscar las habichuelas a otros países de Europa en los que no se habla español o a los que han venido de otros lugares a España, que es probable que hablen varias lenguas aunque estén en el escalafón social más vulnerable. También a los descendientes de familias plurilingües, a los estudiantes de las escuelas de idiomas, a los que se pagan un curso con el sudor de su frente y ven muchas series en versión original.
Todos ellos (y más) le han afeado a Espinar sus palabras, la chorrada que ha escrito obviando que los idiomas pueden aprenderse de muchas formas y no todas ellas pasan por ir a carísimos colegios bilingües de Madrid, ni por pagarse carísimos cursos ni por acudir a carísimos intercambios educativos porque el nivel adquisitivo de esas personas así se lo permita, Ramóń:
Menos mal que, después del aluvión de críticas, Ramón ha querido explicarse un poco más y al menos reconocer que sus críticos tenían toda la razón:
Y es que al final, para muchos, de derechas o de izquierdas, Madrid es el ombligo del mundo.