Cuando Isabel Díaz Ayuso confirmó que se celebrarían elecciones en Madrid, se apresuró a escribir en su Twitter que la contienda se basaba en escoger entre socialismo y libertad. El eslogan no le ha durado mucho, tan solo el tiempo que ha tardado Pablo Iglesias en postularse como cabeza de lista de Podemos. Desde ese mismo instante el lema mutó en un "comunismo o libertad".
La frase no está escogida al azar y cumple con varios objetivos. Entre ellos, simplificar el juego político madrileño y reducirlo a únicamente dos bandos: el de los populares de Ayuso y el de los comunistas de Iglesias. Además, contrapone "libertad" —que no liberalismo— a esa inestabilidad y penuria con la que en España se relaciona la ideología comunista. Señala al enemigo y dispone el tablero de juego con el tan manido o yo o el caos.
Lo que quizás no estaba tan calculado (o sí, quién sabe) era la imagen que el Partido Popular de Madrid ha escogido para ilustrar ese cara a cara entre Ayuso e Iglesias, entre la libertad y el comunismo. Un juego de colores, azul y rojo, que les ha valido a los populares para hacer varios carteles de campaña que no han tardado en hacerse virales en Twitter:
Lo que a la inmensa mayoría le ha parecido una composición fortuita, a otros la combinación de colores y la intencionalidad les ha inspirado una teoría muy clara. Así, ha habido una corriente en Twitter que ha defendido que el PP se había basado en el logo de Fuerza Nueva, el partido de extrema derecha fundado por Blas Piñar en 1976 que desaparecería seis años después:
La teoría de la conspiración sobre el gusto de los diseñadores del PP por Fuerza Nueva llegó a tal extremo que el nombre del partido se coló entre las tendencias de la red social y acabó por inspirar algunos montajes en los que muchos críticos con Ayuso —sobre todo después de sus declaraciones sobre el fascismo— se han dedicado a arreglar el cartel a su manera:
En cambio, otros no han dado ningún crédito a las especulaciones y han preferido mofarse con tuits como estos:
Desde el PP no se han dado por aludidos y continúan adelante con las consignas que podrían hacer historia.