Gabriel Rufián, además de portavoz de Esquerra Republicana de Catalunya en el Congreso de los Diputados, ahora podría parecer que despunta como catedrático en la facultad de Periodismo después de las inestimables recomendaciones que ha compartido en su cuenta de Twitter. Las palabras del catalán sobre lo que deben y lo que no deben de hacer los periodistas han formado un gran revuelo que ha terminado, como casi siempre, en una lluvia de zascas.
Pero antes de desgranar la lección de Rufián conviene saber por qué se ha metido en semejante charco. Hay que remontarse para ello a la pasada semana, cuando el portavoz formulaba una polémica pregunta al funcionario Miguel Ángel Bayo, que durante más de tres décadas ha estado en la Secretaría General de la Dirección Adjunta Operativa (DAO) de la Policía Nacional, en el marco de la comisión Kitchen que se llevaba a cabo en el Congreso.
Rufián quiso saber si Bayo recordaba el nombre de Elisa Pinto, la dermatóloga madrileña a la que apuñalaron en dos ocasiones y que llegó a denunciar un complot contra ella ejecutado por el excomisario Villarejo, responsable según el testimonio de la mujer de apuñalarla la segunda de las veces. El funcionario contestó afirmativamente y llegó a calificar de "normal" que su firma hubiese impedido la participación del sospechoso en una rueda de reconocimiento.
Ser o no ser noticia
El vídeo de la pregunta de Rufián y la respuesta de Bayo corrió como la pólvora por las redes sociales, pero al parecer el eco en los medios de comunicación no ha sido el que pretendía el portavoz de ERC. Por eso, después de algunos días girando en torno a las mismas declaraciones, se lamentaba en tono burlesco de que la contestación del funcionario no hubiese sido noticia:
Fue entonces cuando, cinco horas más tarde, Rufián volvía a Twitter reconvertido en aquel Juanjo de la Iglesia que impartía aquellas magistrales Clases de Ética Periodística dentro del maravilloso Caiga quien Caiga:
La rabieta de Rufián no tardaría en encontrar réplica por parte del resto de tuiteros, que cumplieron un día más con la tradición de llenarle las notificaciones de zascas:
Algunos de estos zascas, cumpliendo con el protocolo, han sido retuiteados por el portavoz de ERC.