El debate de los candidatos a presidir la Comunidad de Madrid sigue dando de qué hablar. Además de los titulares que han copado más portadas, ha habido otros detalles menos mediáticos pero que no han pasado desapercibidos en las redes sociales. Uno de ellos tiene que ver con un momento de la intervención de la candidata de Vox, Rocío Monasterio, en el que el intérprete de lengua de signos deja de transmitir su mensaje.
En concreto, esta aparente huelga de brazos caídos por parte del intérprete de Televisión Española, sucedía cuando Monasterio retomaba de nuevo el discurso de Vox sobre los menores extranjeros no acompañados. La candidata del partido de ultraderecha estaba haciendo referencia al dinero que el Estado invierte en el bienestar de estos niños y jóvenes, los menas a los que no se cansan de señalar aunque los datos no les hayan dado la razón.
"Todos se indignan cuando denunciamos que un mena cuesta 4.700 euros al mes", insistía Monasterio, mientras en el recuadro que se podría ver en la retransmisión de la televisión pública, en el lado inferior derecho de la pantalla, el intérprete permanecía quieto y con un gesto visible de nerviosismo y confusión:
Para los antifascistas tuiteros el intérprete pasó a ser un héroe de inmediato por haber boicoteado el discurso de odio de Monasterio y les han faltado manos para aplaudir el gesto del intérprete en tuits como estos:
Sin embargo, lo que ha motivado la falta de reacción del intérprete es un motivo más mundano que revolucionario: había perdido la señal. El profesional no escuchaba lo que estaban hablando en el plató de Telemadrid y, por lo tanto, no podía transmitirlo. De hecho, en la pieza entera puede comprobarse que el hombre empieza traduciendo lo que dicen los moderadores al principio, pero pronto se queda quieto y no traduce tampoco a Pablo Iglesias.
Además, después del mensaje de Monasterio el recuadro del intérprete desapareció de la pantalla durante un rato hasta que solucionaron la incidencia. Por si esto fuera poco, como explica a la perfección este usuario de Twitter, se trata de "un profesional que no vierte su opinión y, aunque mola silenciar a nazis, no pasó eso: las personas sordas tienen derecho a información como los oyentes":
Esta vez el mito antifascista ha durado poco.