Gabriel Rufián y la polémica son uno. Cada vez que el de Santa Coloma de Gramanet teclea o abre la boca, sube el pan. Parece un verso libre que no le debe explicaciones a nadie o, al menos, así es como actúa: cumpliendo paso a paso con su papel de graciosillo de la clase que no deja de pinchar a los compañeros que le caen peor. Esto ocurre en Twitter, sí; pero también en el Congreso de los Diputados.
El de Esquerra Republicana de Catalunya tampoco terminó de encajar la apabullante victoria de Isabel Díaz Ayuso en las elecciones del pasado martes y quiso trasladar su análisis a través de las redes sociales, con su conocido y peculiar estilo de tuitear que saca a muchos de sus casillas. Empezó comparando el contexto madrileño con el de Cataluña y País Vasco, asegurando que la distancia entre lo ocurrido en Madrid y lo que sucede en los otros dos lugares "es enorme".
Ha aprovechado también el tuit para grabar la lápida de Ciudadanos, del 2006 al 2021, en un chascarrillo de una muerte anunciada. También ha tildado de "terrible" el mensaje de que se gana "abriendo bares y cerrando hospitales", en clara alusión a la gestión de la pandemia por parte del Partido Popular, en la que se abogó por una apertura de la hostelería mayor que en el resto de España para recuperar la economía.
Sueños y privilegios
Gabriel Rufián quiso formular también un deseo en este análisis electoral tan particular: "Ojalá la izquierda se tomara sus sueños como la derecha sus privilegios", cargando de nuevo contra los votantes, al más puro estilo Monedero. Concluyó el diputado de ERC deseándole "suerte" a Madrid porque, dice, "la vas a necesitar":
Y como no hay tuit de Rufián sin su séquito de críticas, en esta ocasión no iba a ser menos (más bien al contrario). Así, que han sido decenas los que han querido compartir su réplica al diputado destacando aspectos como los siguientes:
Pero Rufián no se iba a quedar callado tampoco en una noche intensa como la del martes, así que siguió tuiteando para alabar a Pablo Iglesias en su adiós:
El aluvión de críticas recibidas por Rufián, muchas de ellas llegadas de un nacionalismo catalán que cada vez le quiere más fuera que dentro, provocó que optase por escribir un tercer tuit pidiendo respeto:
Sospechamos que su petición llega ya muy tarde.