El Gobierno de ultraderecha en Hungría, presidido por Viktor Orban, ha dado un nuevo paso en contra de los derechos humanos al aprobar una ley que prohíbe hablar de la homosexualidad en los colegios. Se trata de un texto legal a todas luces homófobo, criticado por la oposición y por colectivos LGBT e, incluso, por Amnistía Internacional, que lo han calificado como una afrenta a la libertad de expresión y a los derechos de la infancia.
De hecho, más de 5.000 personas han protestado esta semana en la plaza Kossuth de Budapest, donde se ubica el Parlamento, contra la aprobación de esta ley que, defiende el Ejecutivo, servirá para combatir la pedofilia. Entre otras medidas, la nueva legislación recoge la prohibición de exhibir ante menores de 18 años cualquier contenido que tenga que ver con la homosexualidad y han dictado una serie de títulos que han llamado la atención en todo el mundo.
Y es que además de no poder hablarse de la diversidad sexual en la escuela y vetar la publicidad de grupos LGBT, títulos como Billy Elliot, la saga de Harry Potter o Friends pasarán a ser para mayores de 18 años por contar con personajes abiertamente homosexuales o, en su defecto, visibilizar temas de identidad sexual. Así, según el texto, queda prohibido el contenido que "promocione la desviación de la identidad de género, la reasignación de género o la homosexualidad".
El análisis de Sémper
Ha sido esta misma semana cuando se han hecho públicos los entresijos de la nueva ley homófoba de Hungría, después de que el propio Santiago Abascal haya estado compartiendo con el presidente sus inquietudes en este tema, y las noticias sobre el tema se han viralizado en las redes sociales. Uno de los personajes públicos que se ha mostrado más beligerante con ella ha sido el exportavoz popular en País Vasco, Borja Sémper, que se ha inclinado por un análisis poco sesudo, pero contundente:
Miles de reacciones al tuit de Sémper y cientos de comentarios, algunos alertando de que la medida que han tomado en Hungría guarda bastante parecido con el planteamiento del pin parental que defiende Vox. Asimismo, la mayoría se ha quedado perpleja por los títulos que se han incluido en el listado y han preferido optar por el humor:
A este paso nos tememos que no será esta la última vez que los húngaros se pasen por La Jungla con sus delirios ultras.