En la era del postureo no sorprende lo más mínimo que lo que se predica por redes sociales, una vez más, se haya construido en el cimiento de la incoherencia. Es maravilloso que todos queramos comer más sano, que se nos llene la boca hablando de sostenibilidad, que rompamos el tabú de visitar mercados y tiendas de barrio en vez de tanto súper, pero quizás también deberíamos de ser más conscientes de los entresijos de nuestro consumo.
Buscar las ofertas en frutas y verduras no es ningún pecado y menos en estos tiempos precarios, pero puede que debamos darle una vuelta si tenemos en cuenta que estamos perjudicando directamente a los pequeños agricultores españoles que, como uno de nuestros protagonistas, están teniendo que arrendar sus tierras para otros menesteres acabando con décadas de tradición familiar trabajando del campo.
Esto es lo que le ha pasado a Ismael Navarro, un joven agricultor de Valencia que se ha dedicado a divulgar "lo que vale una naranja" y ahora no le ha quedado más remedio que plantar "lo más doloroso que un agricultor puede plantar: el cartel de 'se vende' en la parcela de mi abuelo". Un pedazo de terreno dedicado a la mandarina que ahora, dice sarcástico: "También alquilo para reuniones de la PAC [Política Agraria Común], foros de agricultura sostenible o de transición ecológica":
El tuit de Ismael se ha hecho viral en un abrir y cerrar de ojos, por eso no es de extrañar que el agricultor estrella de la red social haya querido mandarle "un saludo, un abrazo y mucha suerte, compañero" y a la vez desgranar la problemática que está arrasando con los pequeños agricultores de España. Se trata de Tomy Rohde, que se dedica a la elaboración de aceite de oliva virgen extra desde Córdoba y cuyo nombre verdadero es Fernando.
Él, con miles de seguidores en las redes, ha hecho mucho por visibilizar el trabajo en el campo y también los escollos con los que tienen que lidiar para salir adelante. Por eso, a partir del tuit de Ismael ha hilvanado un hilo que enumera las miserias de una profesión esencial que debería ser una parte imprescindible del camino hacia la sostenibilidad, la eliminación de residuos y una mejor educación nutricional que redundaría en la salud de la población:
Quizás todavía nuestros políticos estén a tiempo de salvar a los pequeños agricultores de poner más carteles de 'se vende'.