Toparse en las redes sociales con el testimonio de chicas que buscan trabajo por internet y reciben un aluvión de mensajes con proposiciones sexuales es algo que empieza a ser tristemente habitual en los tiempos que corren, por eso las iniciativas como la que ha tenido este tuitero son dignas de elogio. No es el primero que se hacer pasar por una mujer para vivir en sus carnes este tipo de situaciones, pero sí ha sido el más original troleando a los acosadores.
Ha publicado un hilo en Twitter con las capturas de pantalla de los mensajes que le han ido llegando a raíz de la entrada que ha publicado en la plataforma Milanuncios, donde suelen darse este tipo de situaciones del todo censurables cuando una mujer publica un anuncio clasificado buscando empleo. Ha explicado que su intención no ha sido otra que la de "entrar en ese turbio mundo para divertirme un rato con ellos":
Su anuncio, defiende, era "muy normal", ofreciéndose como una "chica joven en situación económica difícil" que busca "trabajo de limpiadora", sabiendo que eso iba a despertar a los machistas. Ha explicado que publicó una fotografía "sacada de internet de alguien random, vestida y de lejos", y que después de publicarlo "cada 3 o 5 minutos me hablaba alguien nuevo con un mensaje más loco que el anterior":
El primero que ha compartido le pedía tarifas para hacer un masaje, y se las dio:
El segundo ya pasaba a un masaje erótico:
El tercero ya le proponía quedar "a cambio de una ayuda":
El cuarto quería "una chica de confianza que me acompañe":
El quinto buscaba también compañía, pero para andar:
El sexto quería "chica de compañía":
El séptimo pedía que hiciese la limpieza en ropa interior:
Al octavo le propuso el tuitero que fuese de testigo falso a cambio de sus servicios:
El noveno pedía también un masaje, pero dejaba claro que no era "un delincuente":
Con el décimo se sirvió de su desconocimiento del catalán para completar un troleo magistral:
Y el último merece mención aparte porque logra mentener sus esperanzas con un test de ¿inteligencia? que acaba de forma espectacular:
Unas 25.000 reacciones en Twitter avalan el experimento del tuitero justiciero.