Todos hemos tenido compañeros de trabajo que tienden a escaquearse y también, en el lado opuesto, otros que realizan muchas más tareas de las que deberían. Como suele ocurrir con muchas otras cosas, en el equilibrio está la virtud. Es decir, no podemos exigirle a nadie que se vaya a su casa más tarde de lo estipulado en su contrato aunque cierta flexibilidad sea necesaria, ni tampoco podemos aplaudir a la gente que desvaloriza su propio empleo haciendo muchas cosas por las que no le pagan.
Sobre este tema ha hilvanado un hilo el exsoldado y escritor catalán Víctor Torres Alonso, sosteniendo un discurso un tanto polémico, pero que ha cautivado a miles de personas en Twitter. En ese equilibrio y esa flexibilidad que mencionábamos anteriormente, él ha percibido que las nuevas generaciones que se incorporan al mundo laboral lo hacen limitando su labor a las tareas para las que han sido contratadas, algo que a priori no debería ser un problema.
Sin embargo, Torres lo ejemplifica con algo tan nimio como fregar en la oficina en un momento puntual sin esperar a que venga alguien encargado de la limpieza a hacerlo, algo que parece del todo lógico ya que a nadie debería costarle coger una fregona. Relata que la secretaria, "una chica muy joven", se ha negado a hacerlo argumentando que "era vergonzoso", un comentario al que él responde diciendo que "no hay trabajos indignos, la dignidad la aportan los trabajadores":
Comenzado el hilo de Twitter, Torres siguió explicando la situación vivida en la oficina, criticando la respuesta de su compañera y narrando cómo resolvió él mismo el problema:
La situación vivida, afirma el autor, le ha recordado a cómo se sintió al salir del Ejército y volver al mundo civil, que no acaba de comprender. También ha explicado que empezó a trabajar antes de la edad legal para ello, siendo un niño, como si eso fuese lo deseable, e incluso ha enumerado "vender porno" como uno de sus empleos durante estos años, un discurso peligroso que se vale del relato de la cultura del esfuerzo para agrandar los márgenes:
Relatada su experiencia, ha enumerado varias de las excusas que se ha encontrado en este tipo de circunstancias:
Cree Torres Alonso, al que sigue Santiago Abascal y que no ha ocultado su colegueo con Vox a través de las redes sociales, que todo esto se debe a una pérdida de valores como el "esfuerzo, trabajo y voluntad de servicio":
Y todo esto le ha llevado a la conclusión de que uno debe esforzarse sea cual sea su empleo y, si no lo haces, eres "un haragán, un basura, un vividor, una rémora y una sanguijuela":
No es la suya la única conclusión que se puede sacar al respecto ni la más certera. La más obvia, quizás, es que no da igual el trabajo que tengas si tus condiciones laborales no están dentro de un marco legal y que tampoco todos los trabajos, por el mismo motivo, son dignos. Esforzarse cuando te están explotando y "dar el 100% siempre" es mucho más complicado que cuando cobras un salario justo y haces las horas que se recogen en tu contrato. Conviene diferenciar, por tanto, la cultura del esfuerzo con la esclavitud y la explotación laboral.