Los niños llevan días asumiendo de nuevo un gran protagonismo en su papel con relación a la pandemia. Si estas semanas celebrábamos la llegada de la vacunación infantil a las comunidades autónomas e incluso se debatía si los colegios debían o no servir como vacunódromos, las cifras de aumento de contagios de esta sexta ola en todo el país los han puesto de nuevo en la diana como transmisores silenciosos del virus.
En los últimos días lectivos antes de Navidad, el miedo a que los contagios conviertan de nuevo la Nochebuena en un día lejos de la familia ha provocado una oleada de reacciones encontradas que han señalado a la población infantil. Uno de los más criticados al dar su opinión sobre el tema ha sido Daniel Sánchez-Crespo, diseñador de videojuegos, profesor, escritor, divulgador y emprendedor que ha propuesto que los niños no fueran a clase y se confinasen para salvar las fiestas.
En un primer tuit publicado el pasado sábado daba la idea de "suspender las clases de Primaria la semana que viene o hacerlas remotas", defendiendo que "no van a hacer casi nada y ahorraríamos miles de contagios que afectarán a la Navidad" y pidiendo al Gobierno que lo tuviese en cuenta: "No ya porque se contagien niños (que lo harán, a miles), por cómo diseminarán el virus a sus familias estas fiestas. Los niños rompen la burbuja", ha escrito en Twitter.
Al día siguiente el destino quiso que Sánchez-Crespo haya vivido en sus carnes, precisamente, lo que pretendía evitar con la idea que dio al Ejecutivo. Su hija daba positivo en una PCR sin haber tenido síntomas. "Aislados hasta el 29. Nochebuena, Navidad canceladas. ¿Papá Noel? Ni idea de qué haremos", lamentó el tuitero, recordando lo que había propuesto: "Dije ayer, confinen niños para proteger la Navidad. Me llamaron de todo. Quédense en casa. Aun pueden".
Las reacciones contra los avisos de Sánchez-Crespo se multiplicaron en poco tiempo en la red social. Le recordaban que "los niños no se cuidan solos", puesto que no había ni pensado en el problema de conciliar el trabajo y los cuidados si se daba el paso de confinar a los pequeños, y que son los adultos los que más expuestos están al virus al acudir a sus puestos de trabajo, coger transporte público o frecuentar negocios de hostelería:
Y es que la Navidad parece no tener mucho sentido si precisamente son los niños los que no pueden disfrutarla.