El doctor César Carballo es uno de los habituales en las tertulias televisivas. El urgenciólogo del hospital Ramón y Cajal de Madrid es ya uno de los profesionales más mediáticos del momento y la fama, como sabemos, es un arma de doble filo. Mientras unos siguen a pies juntillas cada cosa que dice en el programa de Íker Jiménez, en Cuatro o en La Sexta, otros le critican con dureza porque, consideran, se ha convertido en un "todólogo" aprovechando el tirón de la pandemia.
Sea como fuere, el segundo grupo, el de sus haters, no le ha perdonado ni siquiera en Nochevieja. Si sus apariciones en los medios de comunicación desatan normalmente una tempestad de comentarios, la felicitación que el doctor Carballo ha compartido en sus redes sociales no ha sido menos comentada. Miles de reacciones han conseguido que su mensaje no pase desapercibido y se haya convertido en la diana de las críticas y las mofas.
"Felices fiestas", empezaba el mensaje de Carballo, deseando a continuación que "este debe ser el año de nuestro país" a la hora de poder cumplir una serie de propósitos: "Vencer la pandemia, sacar un tratamiento antiviral nacional y sacar una vacuna esterilizante nacional", enumeraba. Para finalizar, lanzaba además un mensaje a sus críticos, diciéndoles que "pase lo que pase, y le pese a quien le pese", él está dispuesto "a luchar por lo que considero justo y ético":
"Por vosotros", terminaba su brindis Carballo, acompañando sus palabras con una foto en la que sale blandiendo una copa con un extraño mejunge en su interior y una goma de color azul en el extremo. Del líquido poco o nada sabemos más que parece, entre otras cosas, un sorbete de limón o una piña colada, pero la extraña tira no hemos tardado en identificarla: es un FreeLips, el invento del propio doctor que vende en packs de cuatro unidades por 10 euros.
Se trata de un artilugio que, según Carballo, sirve para prevenir el contagio del virus porque si bien "el lavado en el lavavajillas a 60 grados puede matar a la mayoría de las bacterias y virus, el vaso es manipulado antes de que llegue a nuestros labios y ese simple contacto puede infectar la superficie y a nosotros al contactar nuestros labios con el cristal". El detalle del médico usando en su propia casa el protector en clave publicitaria no ha pasado desapercibido para los tuiteros, que se han cebado con él dedicándole comentarios como estos:
El doctor Carballo, por su parte, ha evitado contestar esta vez pero sus habituales réplicas a haters merecerían una sección propia.