Pocos discursos de streamers suelen ser tan polémicos como los de El Xocas. El gallego no se corta un pelo a la hora de decir su opinión aunque sepa que puede llegar a convertirse en carne de cañón cuando sus declaraciones van más allá del universo Twitch. En esta ocasión llega a La Jungla con un discurso sobre las trabas de ser autónomo en España y la escasa, a su juicio, mentalidad de emprendimiento que hay entre las generaciones más jóvenes en comparación con otros países.
"En Norteamérica le preguntas a un niño qué quiere ser y te dice que le gustaría montar una empresa de neumáticos o una floristería. Aquí en España, el niño te dice: 'Quiero trabajar en la Xunta de Galicia como mi papá, quiero ser un asalariado del Estado'", ha empezado explicando El Xocas en su intervención, que ha generado millones de reproducciones en la plataforma de streaming y de reacciones posteriores en las redes sociales.
"Funcionario, el sueño español, ¿cómo no lo va a ser?", apostillaba, añadiendo que comprende que los sueños de los españoles vayan por esos derroteros. "Con razón una persona en España no quiere montar una empresa, ¿cómo la vas a montar si te hacen esto? Yo tampoco querría si me van a sablar de esta manera", dice el streamer en su habitual tono, mientras se zampa una pizza frente a la pantalla y puntualiza: "No digo que ser funcionario esté mal, digo que un niño no puede aspirar a ser funcionario".
"Un niño tiene que aspirar a cosas, pero él ve que no vale la pena ser autónomo, que no vale la pena emprender, es lo que te enseñan en España", se ha lamentado El Xocas. Como anticipábamos, una gran parte de la audiencia ha aplaudido sus palabras, sumándose a la crítica del streamer a los escollos que encuentran los autónomos, pero otros muchos han querido demostrarle que hay matices en su discurso. Por ejemplo, le han mostrado gráficas en las que nuestro país, con un 16,5% de profesionales por cuenta propia, está en los primeros puestos de Europa:
Así que ni tanto ni tan poco. Los análisis de este tipo suelen quedarse un poco cojos cuando se hacen de forma espontánea entre partida y partida sin datos que puedan confirmar o desmentir lo dicho.