Con las tropas rusas ya en Kiev y el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, lamentando que los países de la OTAN y la UE "nos han dejado solos", la guerra sigue implantada en Ucrania. El Gobierno ha pedido a los ciudadanos que se defiendan y ha dado armas a los diputados mientras Putin ofrece ahora negociaciones y el país invadido estaría dispuesto a no entrar en la alianza atlántica. El Kremlin se ha mostrado dispuesto a enviar una delegación de alto nivel a la capital de Bielorrusia, Minsk, para iniciar las conversaciones.
En este contexto, parece lógico que los españoles estemos con la mirada puesta en lo que sucede allí y preocupados por el bienestar de los ciudadanos por encima de todo. En cambio, algunos tienen una inquietud a mayores: no quedarse sin pipas de girasol. Ucrania es la despensa de Europa y solo España le compra el 42,2% de los cereales que importa, estando en los primeros puestos de exportaciones agroalimentarias internacionales y siendo el primer exportador de girasol y aceite de girasol del mundo.
Parece evidente que el conflicto en el país eslavo puede terminar por encarecer productos, pero es poco probable que nos quedemos sin pipas aunque haya quien teme esto. El desasosiego no es baladí si tenemos en cuenta que en España comemos anualmente unos 3,81 kilos de frutos secos por persona y nuestro favorito, con diferencia, son las pipas de girasol, según el estudio del Instituto Bilendi para Pipas USA. Pero, ¿de dónde sale toda esta tragicomedia? Básicamente, de este tuit publicado este viernes y comentado por decenas de personas:
Algunas de ellas se han encargado de llevar hasta las tendencias de Twitter la palabra "pipas" por su miedo a un desabastecimiento:
De hecho, no solo las personas tienen esa preocupación:
La polémica ha servido también para que mucha gente conozca un poco más la realidad económica de Ucrania y para recordar un dicho popular precisamente en Castilla: "Agua, sol y guerra en Sebastopol". Los agricultores castellanos, en la mitad del siglo XIX cuando se vislumbraba la Guerra de Crimea, el agua y el sol multiplicaban las cosechas y el conflicto en esa zona cerraba la salida del trigo cultivado en las estepas cuando se bloqueaba el puerto, propiciando la subida del precio del cereal español.
Vamos, que para los agricultores era un motivo de alegría. En todo caso, tampoco debemos estar apenados ahora los españoles por el desabastecimiento de pipas de girasol porque la mayoría vienen de Estados Unidos. De hecho, el país norteamericano es el principal lugar de origen de las que consumimos, un 23,4% de ellas vienen de allí y no de Ucrania.