La cuenta atrás para dejar de usar la mascarilla en la mayoría de los interiores ya está activada. Será el próximo miércoles 20 de abril, justo después de la Semana Santa, cuando su uso solamente quedará como obligado en el transporte público y en centros sociosanitarios como hospitales o residencias de mayores. La ministra se lo propuso a las comunidades autónomas la pasada semana durante la celebración del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud.
El 19 de abril la propuesta de retirar las mascarillas en los interiores llegará, previsiblemente, al Consejo de Ministros para que la medida sea aprobada y entre en vigor un día después. La decisión de Darias, no obstante, llega después de que la iniciativa haya sido rechazada por la Comisión de Salud Pública y sacada del orden del día del Consejo Interterritorial. Era esta la última medida no farmacológica que quedaba vigente en España.
Han sido más de dos años de pandemia de Covid y desde el 10 de febrero su uso no era obligatorio en exteriores. La opinión de la calle en cuanto a este segundo paso es muy dispar: por un lado está la gente que se manifiesta harta de seguir llevándola, asumiendo que quitársela ayudará a la salud mental y a volver a la normalidad; pero también están los que ven temeridad en retirarla con el virus todavía en cifras preocupantes.
Elección propia
En mitad del debate, una tuitera ha querido compartir su reflexión sobre el asunto después de su estancia en un hotel. No había caído antes en que las personas que trabajan de cara al público van a tener que enfrentarse a un contexto distinto:
Le preguntó a una trabajadora que quería seguir con la mascarilla puesta después del día 20, para comprobar más tarde que eso no iba a ser posible porque su jefa ya había tomado la decisión por ella:
Por todo ello, ha reflexionado la tuitera, cree que "muchos jefes no van a dejar a sus empleados llevar la mascarilla" y pide "inspecciones" en este sentido para que se garantice el derecho de una persona a decidir si ponérsela o no: "No seáis una mierda de jefes y dejad que elijan".
Además de las reacciones negacionistas que acumulan todos los hilos sobre esta temática, el de Eva Pas ha generado además no pocos respaldos a su análisis:
Nadie debería obligar a ninguna persona a no usar un mecanismo de protección en su trabajo.