"En los años 70 se produjo una alianza inconcebible: la derecha estadounidense y el Black Power se unieron para construir una ciudad única". Así empieza el último hilo del arquitecto y escritor Pedro Torrijos, que alcanzó la fama en Twitter con las increíbles historias que cuenta bajo el hashtag #LaBrasaTorrijos. En el último episodio de esta serie que inició hace ya años, Torrijos nos descubre Soul City, una ciudad construida "por y para la comunidad negra".
Lo primero que hace el autor del libro Territorios improbables es una recomendación musical: Trilogy, una composición jazzística del gran pianista Don Shirley (en cuya historia con su chófer se basa, por cierto, la película Green Book, ganadora del Oscar en 2019). Para Torrijos, este tema aportará la ambientación musical ideal para sumergir al lector en este recorrido por el siglo XX estadounidense y cómo lo vivió su comunidad afroamericana.
Torrijos explica cómo los niños negros que crecieron en Harlem, Nueva York tras la Segunda Guerra Mundial sufrieron el racismo y los límites que les imponía la sociedad por el color de su piel. Pero en los años 60 todo cambió. De tantos años de agravio surgieron personas como Martin Luther King, de métodos pacíficos, o los rupturistas radicales "Floyd McKissick, líder del Congreso por la Igualdad Racial (CORE) en 1966 y Stokelu Carmichel, Primer Ministro Honorario de los Panteras Negras".
Según cuenta Torrijos, McKissick, que había sido asesor de Luther King, se fue alejando de las posturas pacifistas para creer más en los métodos de los Panteras Negras, muchas veces violentos.
Pero, a diferencia de otros separatistas negros de la época, McKissick "era un nacionalista negro absolutamente convencido de que el camino de la liberación de los negros llegaría mediante del capitalismo. Quería recuperar el espíritu del Wall Street negro que había existido en Tulsa hasta que la masacraron en 1921". Así se hizo realidad el gran sueño de McKissick: Soul City, una ciudad "concebida, planificada, construida y habitada por negros y para negros".
Finalmente el proyecto Soul City, pensado para hacerse en un plazo de 30 años, fracasó. No llegó a existir la ciudad soñada. Pudo haber muchos motivos, desde el racismo hasta la corrupción política en años de gobierno de Nixon. Sigue existiendo, eso sí, como una "comunidad dependiente de Raleigh y con una población que apenas llega a los 2.000 habitantes".