Si a alguien le quedaba alguna duda sobre la profesionalidad y el empeño de los bomberos forestales, quizás este vídeo de Castellón que se ha hecho viral le ayuda a disiparla. De nuevo los profesionales se juegan la vida en un fuego muy traicionero y con cambio de viento, lo que les deja prácticamente a merced de las llamas. Unos instantes que resuelven en equipo y que han provocado el aplauso unánime de las redes, desde donde se reclaman mejores condiciones laborales para ellos.
Esta madrugada se ha desalojado preventivamente a 80 vecinos de la localidad de Sacañet por el avance del incendio de Bejís, donde se grabaron las imágenes. También continúan fuera de sus casas las personas que viven en el propio pueblo de Bejís, en Teresa y Torás. Según ha reconocido el president Ximo Puig, han ardido más de 9.900 hectáreas en la zona. Unos 50 kilómetros de extensión con diversos focos, preocupando especialmente los que avanzan hacia el Parque Natural de Sierra Calderona.
Tres bomberos han resultado heridos cuando se enfrentaban a las llamas y una veintena de pasajeros del tren de media distancia entre Valencia y Zaragoza también han tenido que ser atendidos, tres de ellos con quemaduras graves. Ha sido el Consorcio Provincial de Bomberos de Castellón el que ha compartido el vídeo en su perfil de Twitter. Menos de un minuto de angustia en los que se escucha un "¡fuera, fuera!" para advertir de la cercanía del fuego a los compañeros.
Salvar las casas
Los efectivos se vieron rodeados por las llamas en un abrir y cerrar de ojos por el cambio del viento, siendo obligados a replegarse. No obstante, finalmente, volvieron a sus tareas de extinción. En Twitter han explicado que se trata de un incendio que puntualmente ha superado "la capacidad de extinción" y que ha marcado "para siempre" a los profesionales, que nos muestran cómo lo viven "cuando deben proteger vidas y bienes":
Con más de 350.000 reproducciones, el vídeo de los bomberos de Castellón no deja de compartirse en la red social y de acaparar comentarios como estos:
Aunque no albergamos muchas esperanzas, esperemos que a los que corresponde no se olviden de quién salvó los montes cuando llegue el invierno y el peligro parezca otra vez lejano.