En un mundo en el que se necesita dinero para todo, ganarlo es lo más básico y también lo más difícil, aunque sea una contradicción en sí mismo. Pagar la luz a precios desorbitados por tener el capricho de encender un ventilador o una estufa, apoquinar la factura del gas por habernos acostumbrado mal a ducharnos en agua caliente a diario o a cocinar, además de pasar por caja a dejarnos medio sueldo en el alquiler cada mes, religiosamente. Y todo eso, sin tener en cuenta que también nos gusta alimentarnos. Money, money.
Total, que solamente para cubrirnos los gastos más básicos tenemos que pasarnos la mayor parte de la vida yendo al trabajo ocho horas y eso si tenemos la suerte de no estar desempleados pasándolas canutas. Vendemos nuestro tiempo y nuestros conocimientos por una nómina que casi nadie puede permitirse perder, y ese agobio es el causante de parte de las patologías de salud mental de nuestra época: estrés, ansiedad, depresión.
Los terapeutas se encuentran a diario con pacientes que viven asfixiados por el trabajo o la falta de él, así que un hilo como el que ha hilvanado la psicóloga y consultora laboral Sandra Parmo era muy necesario para redimensionar el mercado laboral. Ella, que trabajó más de cinco años en Recursos Humanos, ahora comparte a través de las redes sociales sus conocimientos para ayudar a la gente a encontrar empleo y a su desarrollo personal.
¿13? Reflexiones
Parmo ha explicado que le escriben muchas personas "frustradas por lo mal que se sienten en su trabajo o con el trabajo que tienen porque no es importante o porque no encuentran trabajo porque no son suficientemente buenos", con lo que le resultaba "agotador tratar con todos estos mitos" y ha querido hacer este listado para ayudarnos a recapacitar sobre todos estos puntos:
El hilo de Sandra Parmo acumula más de 30.000 reacciones en la red social, algunas de ellas comentarios en los que el resto de tuiteros han querido poner su granito de arena y sumar algún punto más a la reflexión:
Muchos menos, pero también ha habido quien se ha percatado de que a Sandra se le olvidó el punto 11. Y, si no te lo crees, sube de nuevo a comprobarlo.