La tendencia a la exageración es imparable y será mejor que lo asumamos cuanto antes. La fiebre por llevarlo todo al extremo para tratar de diferenciarnos de los demás en casi cualquier cosa no ha hecho sino añadirnos una carga más mientras surgen empresas especializadas en estas nuevas necesidades que nos vamos imponiendo. La Navidad es una de las épocas en las que se perciben más estas cosas, ya no solo porque cada año tiene más duración y acabará empezando en septiembre, sino porque la decoración navideña ha dejado de ser austera.
Las familias españolas antes tenían un belén y un abeto de plástico al que se le iban colgando bolas que duraban décadas y, por cierto, no combinaban entre sí. Aquella estampa infantil variaba, en las casas con más paciencia o mejor economía, cuando el nacimiento se ampliaba para abarcar todo el poblado alrededor del portal. En cambio, ahora elegimos todo tipo de objetos como coronas para poner en la puerta, guirnaldas, árboles de colores y adornos que parecen piezas de museo.
Esta tendencia en la que estamos inmersos incluye también la decoración exterior de nuestras viviendas para vivir ya en una película de Hollywood sin faltarnos ni un detalle. Los que tienen la suerte de vivir en una casa unifamiliar acaban dejando su fachada preciosa, pero los que nos tenemos que conformar con un piso quizás deberíamos medirnos a la hora de entregarnos con pasión a los motivos navideños, tal y como sacamos en claro después de ver el vídeo que se ha hecho viral.
Vigo en Madrid
El vídeo en cuestión es la respuesta a un primer tuit de Daniel Ayuso en el que compartía una fotografía de la fachada de un edificio de su barrio llena de muñecos de Papá Noel escalando junto a otros como un muñeco de nieve, los Reyes Magos, Bart Simpson y Mickey Mouse: "Han puesto más decoración estos vecinos que el Ayuntamiento", ha observado.
Poco después de su publicación, otro usuario llamado Dani quiso mostrar lo que había encontrado por el madrileño barrio de Carabanchel: un piso situado en la azotea con luces colgando por toda su fachada sin dejar ni un centímetro cuadrado por iluminar.
Las reacciones no se han hecho esperar y las más cómicas han comparado este piso madrileño con Vigo, uno de los paraísos en la Tierra de las luces LED navideñas:
Ojalá no haya sustos con la factura de la luz.