Frank Cuesta ha tenido que dar una triste noticia a su comunidad de seguidores: la nutria Chispas se ha ido del santuario después de siete años conviviendo a diario con él. Una conmoción que puede medirse en los más de cinco millones de cuentas alcanzadas por el tuit con el que comunicaba su marcha el pasado 20 de junio. Ahora, nueve días después, unas crías que ha recogido parece que han vuelto a alegrarle el corazón y, de paso, a despertar su mala leche por el trabajo que conlleva alimentar y cuidar a estos bebés.
Chispas era una nutria asiática que vivía con Cuesta desde hacía siete años: "Nació con nosotros, la intentamos soltar tres veces con tres grupos y no quiso. El resto de las nutrias se han ido y ella se quedaba", ha explicado Frank, compartiendo que él creía que lo hacía "por una especie de compromiso, se volvía conmigo, lo sentía", dando cuenta de su camaradería. En esta ocasión, después de dos días pegada al río, él decidió no acercarse para no condicionarla y que "su instinto la llevase río arriba".
"He vuelto y ya no está. ¿Es malo? No, es buenísimo, quiere decir que ella ha encontrado su propia libertad, su propio camino", ha continuado, valorando que una de las cosas más difíciles es "dejar ir, es el mayor acto de respeto y gratitud que he podido hacer por Chispas, no dejarla que volviese". Además, ha recordado que es un "animal salvaje, no una mascota, por muy humanizada que fuera", reconociendo, eso sí, que estaba "muy triste, la echo de menos, pero estoy también muy feliz porque estuvo conmigo muchos años y se merecía ser libre".
Se ha quejado Frank de algunos "comentarios dañinos", reiterando que está dolido aunque parezca un tipo duro normalmente, porque tiene su corazoncito: "El que más sufre su ausencia soy yo. Chispas ha crecido conmigo y la echo un montón de menos". Su honestidad en este vídeo, unida al impacto que ha generado la partida de una nutria que millones de personas han visto crecer junto a Cuesta, ha generado una oleada de cariño en las redes con comentarios como estos:
No obstante, a Frank Cuesta el duelo no le ha podido durar mucho porque ya está de nuevo metido en faena. Únicamente le quedaba ya una nutria, Plex, pero ahora han llegado otras tres crías aunque se había propuesto no acoger más. El motivo es que han sido incautadas y lo han avisado del centro de cuarentena para que las fuese a recoger y que pudiesen optar a una vida en su santuario. Él, con el humor más recuperado, ha mostrado cómo se han hecho con el lugar:
Al menos le ayudarán a superar la ausencia de Chispas aunque solo sea por el trabajo extra que le están dando.