La Sagrada Familia con grúas a su alrededor es una imagen icónica de la ciudad de Barcelona y un tiktoker argentino ha querido sembrar la duda: ¿la mantienen en obras para seguir cobrando entrada? La basílica, diseñada por el arquitecto Antoni Gaudí, comenzó a construirse en 1882 con la peculiaridad de que es un templo expiatorio y únicamente se puede financiar con las donaciones populares que, en la actualidad, muchas de ellas provienen de los tiques que compran los turistas para visitarla.

Es la obra maestra del genio modernista y uno de los monumentos más visitados de España junto al Museo del Prado y la Alhambra de Granada, siendo además la iglesia más visitada de Europa tras la basílica de San Pedro en el Vaticano. De hecho, una vez que se termine ostentará el título al templo cristiano más alto del mundo. Antes de la pandemia, cuando los visitantes anuales llegaron a ser 4,7 millones en 2019, la Junta Constructora confiaba en tenerla rematada en 2026 coincidiendo con el fallecimiento de Gaudí.

Sin embargo, con la pandemia, el nivel de ingresos derivados de las visitas cayó en picado aunque se empezó a recuperar pronto, como constatan los 3,7 millones de turistas de 2022 que ayudaron a recaudar 100,7 millones de euros. Con este balance, puede ser que más de uno se pregunte si de verdad desean verla acabada sus promotores o no, como ha sido el caso del tiktoker Conrado EV, con más de 600.000 seguidores en la red social.

"Marketing sagrado"

El argentino comparte contenido sobre sus viajes y durante su estancia en Barcelona, publicó hasta tres vídeos sobre la Sagrada Familia y su arquitectura, aunque uno de ellos se titula "marketing sagrado". Expone que "si lo pensamos bien, el marketing de este monumento es que está siempre en construcción", reflexionando que "cuatro millones de turistas al año visitan esta maravilla y, con sus donativos, ayudan y contribuyen a que la construcción se termine, pero nunca se termina":

"Pienso que hay una expectativa mundial para ver cuándo demonios esta cosa se va a terminar", concluye, generando todo tipo de comentarios, la mayoría comprando esa teoría de la conspiración. "He estado ahí varias veces y nunca he visto a nadie trabajando", "es para cobrar la entrada porque, cuando la terminen, no se podrá cobrar", "llevan más de 100 años haciéndola", "podrían terminar en un año, pero no quieren soltar el dinero" o "están pagando por día al albañil" con algunas de las conclusiones.

Otros, por su puesto, han salido en su defensa: "Qué dices de marketing, chaval, si cuando esté terminada atraerá a más turistas todavía", "es muy difícil de hacer", "Gaudí quería que la construcción fuera de esa manera" o "creo que la atracción turística es ver una obra de arte con grúas, la Sagrada Familia no es la Sagrada Familia sin máquinas" son comentarios que se pueden leer.

Las entradas para ver el monumento van desde los 26 euros ―la más barata, sin visita guiada ni acceso a las torres― hasta los 40 euros la más cara, con ambas cosas. Hay descuentos para estudiantes, jubilados y menores de 30 años, además las personas con discapacidad y sus acompañantes, así como los niños menores de 11 años, entran gratis. En todo momento, aseguran al comprarlas que el importe íntegro se destina a la construcción del templo.

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