Hay situaciones que son impensables en la gran ciudad. El ritmo frenético, el individualismo o la precariedad se han ido cargando a poquitos la vida en comunidad, que resiste en pocos reductos por la lucha vecinal. En este contexto, los pueblos continúan siendo una excepción por haber levantado el pie del acelerador y ofrecer unas rutinas más pausadas, como es el caso de Lumbrales, un pueblo de la provincia de Salamanca en el que ejerce como notaria la protagonista de la siguiente historia.
Se llama Encarnación García Campos y es la responsable de la Notaría de este municipio de unos 1.500 habitantes, pero desde ahora también será conocida en el resto de España por su despiste a la hora de pedir comida a uno de los establecimientos hosteleros o, bueno, eso es lo que ella creía. El hilo en el que cuenta la que ha calificado ella misma como "la mejor anécdota de mi profesión hasta que me jubile" se ha hecho muy viral y está a punto de alcanzar el millón de visualizaciones en Twitter.
Explica la notaria que "las noches que me quedo trabajando en la Notaría pido la cena a un bar del pueblo", les envía un mensaje a través de WhatsApp con lo que le apetece cenar para que lo vayan preparando, lo recoge cuando se lo dicen y continúa trabajando. Sin embargo, el otro día no hizo falta que se moviese de su despacho y su pedido llamó a su puerta, inesperadamente, pero no era ni mucho menos lo que había planeado:
Cuenta Encarna que, en vez de mandarle el mensaje a la dueña del bar, se equivocó y se envió a una clienta que se llama igual. Ésta, en vez de sacarla del error, le preparó la cena y se la llevó, con una Coca-Cola: "Me quiero morir de la vergüenza", confesaba, poniéndose en la piel de la pobre mujer: "Imagínate que te escribe un WhatsApp a las 22:00 horas de un viernes la notaria de tu pueblo con la que firmaste unas escrituras hace un tiempo para pedirte que le hagas la cena":
"No entiendes nada, pero se la preparas y se la llevas a la Notaría, no puedo conmigo misma", concluye Encarna, provocando las carcajadas del personal en Twitter y no pocos comentarios alabando la amabilidad de la señora:
La notaria salmantina ha añadido que está "encantada" en el pueblo y "todos son muy cariñosos", asegurando que el de su clienta "es un gesto muy tierno y generoso, estoy encantada con la plaza y el trato de los vecinos".