El mundo animal, y también el de los récords, se encuentran de luto. Este lunes ha trascendido la noticia de la muerte de Bobi, el que hasta ahora era el perro más viejo del mundo. Un ejemplar de mastín portugués que había cumplido el pasado mes de mayo 31 años. Una cifra que se quedará durante mucho tiempo como un récord difícil de alcanzar.
Este perro, cuya raza es conocida oficialmente como 'Rafeiro do Alentejo', es conocido mundialmente, sobre todo en el ámbito de internet, ya que su extraño caso se ha viralizado a medida que iba cumpliendo años hasta destacar como el perro con la vida más larga del planeta. Su momento de gloria llegó en el mes de febrero del año pasado, cuando era declarado oficialmente el perro más viejo del mundo.
En aquel momento iba a cumplir los 30 años y ya había conseguido superar el anterior registro. La organización del Libro Guinness de los Récords le entregó su pertinente premio y su certificado que acreditaba esta hazaña. El acto tuvo lugar en Leiria, Portugal, donde residía junto a su inseparable dueño.
Los secretos de Bobi, el perro más viejo del mundo con 31 años
El universo animal llora hoy la muerte de Bobi, conocido por ser el perro más viejo del mundo. A sus 31 años, este entrañable can se había hecho universalmente famoso por ser capaz de aguantar por encima de lo que suele hacerlo cualquier miembro de su especie. Lo normal es que un perro tenga una vida de entre 10 y 13 años, por lo que Bobi incluso ha llegado a triplicar ese camino.
Tal y como asegura su dueño, Bobi siempre fue un perro feliz y que contó con una salud de hierro. No obstante, no ha sido ajeno a las dificultades que la edad le ha ido ocasionando en la recta final de su vida. En los últimos años tenía grandes dificultades para caminar y también había perdido un importante grado de visión.
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No obstante, durante la mayor parte de su vida, tuvo un alto nivel de bienestar, al menos en términos de salud. Solo en el año 2018 atravesó un momento realmente preocupante, cuando por culpa de un problema respiratorio tuvo que ser internado en una clínica veterinaria. Sin embargo, consiguió recuperarse bien para vivir un lustro más.
Durante todo su camino, fue un miembro más de la familia Costa, con quienes ha vivido durante sus más de 30 años de vida. En el momento en el que recibió el premio Guinness como el perro más viejo del mundo, sus dueños y cuidadores dieron el que para ellos era el secreto de su longevidad. "Entre una lata de comida para animales o un trozo de carne, Bobi no duda y elige nuestra comida".
Por eso, a base de una buena alimentación y de vivir en un ambiente tranquilo y pacífico que le alejara de sobresaltos y de posibles peligros pudo hacer historia por su larga vida. "Bobi sabía que era muy, muy querido". Por ello, aunque están tristes por la terrible pérdida, desde la familia Costa aseguran que es una felicidad inmensa haber podido pasar tanto tiempo con su mascota con una calidad de vida tan alta.