No queda mucha gente a la que todavía le guste la actitud faltona que hace unos años ayudó a encumbrar a la nueva generación de community managers. Hasta entonces, las personas que llevaban las redes sociales de marcas y empresas se habían limitado a publicar información y contestar cuestiones a los clientes, pero de repente había un meme, un chascarrillo, una réplica ingeniosa que nos dejaba con la boca abierta: qué simpáticos, oye, que aire fresco para sus siglas, dijimos.
Sin embargo, no es la primera vez que analizamos en La Jungla que esa estrategia ha empezado a hacérsenos bola y preferimos, incluso, a los más insulsos. La culpa la tienen, en gran parte, aquellos que se han empeñado en buscar la aceptación rozando la mala educación, con una excesiva confianza con los usuarios y ausencia de formas. La última faltada del CM de Ryanair ha venido a confirmar que más les vale asentarse en el humor más blanco y no traspasar demasiadas líneas.
Nos reíamos hace meses de su mano a mano con AliExpress por la puntualidad y el equipaje de mano, pero también asistíamos a la vergüenza ajena que provocó cuando contestó de malas maneras a un joven que los había comparado con Vueling o cuando expuso a un chaval con muy pocos seguidores que criticaba la falta de enchufes. En esta ocasión, el agraviado también es un chico al que siguen poco más de 200 personas en la red social X.
"Simplemente, genios"
A él también ha querido someterlo el CM de Ryanair al escarnio público, citando su tuit para dejarlo en evidencia y que los tuiteros se ensañasen con él, pero lo cierto es que ha tenido el efecto contrario y, como un bumerán, ha regresado a la compañía aérea. El joven se quejaba de que le cobrarán 115 por cambiar los nombres de los billetes cuando comprar otro asiento le salía más barato, por 60 euros. "Simplemente, genios", escribía:
La compañía, lejos de obviar el mensaje o repetir su política de cambio de titularidad, se burlaba llevándose el tema por la tangente: "Escribir bien tu nombre es gratis", le replicaba, dando a entender que la modificación en el billete se debía a un error de escritura del usuario y no a algo tan común como querer que finalmente viaje otra persona diferente por algo que ya hemos pagado. Como decíamos, los tuiteros ya no están para muchos chascarrillos de CM, así que se le han echado encima:
Estamos asistiendo a un cambio de era.