De un tiempo a esta parte la sociedad ha perdido la empatía por los niños o, más bien, por los padres irresponsables. Antes asistíamos en silencio al enésimo grito del chaval en un restaurante, al pelotazo en la cara de la pandilla jugando a fútbol en la plaza que no se disculpa o al llanto amplificado del bebé al que nadie presta atención, pero ahora no tenemos pelos en la lengua a la hora de exigir a los progenitores que eduquen a sus hijos para no molestar al resto de la humanidad.
Como esto no siempre es posible, la inventiva ha ido creando todo tipo de espacios libres de niños en los que la entrada de los pequeños está prohibida: piscinas, cafeterías, hoteles, restaurantes e incluso cruceros o aviones. Lugares llamados a garantizar la tranquilidad de los adultos sin gritos ni juegos inoportunos que siempre suscitan el debate en las redes sociales. De hecho, hasta La Jungla han llegado historias en las que un hostelero decía abiertamente a unos padres que aguantasen a sus hijos y también la de un bar de Salamanca que tuvo que retirar unas normas específicas para la infancia.
En esta ocasión, la historia nos lleva hasta altamar, donde una joven pasó las vacaciones con un par de amigas en un crucero que no era únicamente para adultos. La mala suerte hizo que en el camarote de al lado se alojasen unos niños, intuimos bastante ruidosos, así que al sexto día nuestra protagonista dijo basta, harta de soportar "golpes y gritos". Así, mientras otra la grababa, se puso a dar patadas contra la pared, a saltar después con ímpetu, a abrir y cerrar puertas y a dar portazos:
"A tomar por culo", se le escucha decir al final del vídeo, que acumula más de 3,4 millones de reproducciones. Se trata de unas imágenes compartidas el pasado mes de agosto, pero que se han hecho virales de nuevo este jueves porque han llegado hasta la red social X, donde han dejado un reguero de comentarios de lo más variado:
Siempre surge la polémica cuando se habla de los niños.