Nadie se imagina que una persona extraña pueda acceder a su casa, beberse una botella de whisky, picotear algo de la nevera y recostarse a echar una siesta tranquilamente, pero esto es lo que les ha pasado a unos españoles esta misma semana. El vídeo en el que se lo encuentran y tratan de razonar para que el hombre se vaya de su piso se ha hecho muy viral en TikTok, donde lo ha compartido la madrileña Lidia Gutiérrez, que lleva desde septiembre viviendo en Tilburg, una ciudad del sur de Países Bajos.
Descubrirían después que el hombre que echaba el sueñecito en su salón se llama Jorge y tiene un problema de alcoholismo, siendo además muy conocido de las calles de la ciudad. El otro protagonista de la escena es Miguel de la Fe Jiménez, quien asume la conversación con el mendigo para tratar de convencerlo de que se fuese y emplea para ello una suerte de portuñol ―portugués españolizado― que otorga al momento un tinte cómico que lo mejora sustancialmente.
Mientras Lidia no deja de repetir, obviamente nerviosa, que va a llamar a la Policía, Miguel intenta explicar que "esta es mi morada, yo no quiero gente desconocida en mi casa", con acento portugués. El desconocido intentaba convencerles de que él no tocaba nada y respetaba la propiedad, pero los jóvenes lo querían fuera cuanto antes: "¿Entiendes que estás aquí y yo no te conozco? Pues te puedes ir, no te estoy pidiendo otra cosa", insiste el chico, haciéndole ver que "estoy siendo buen tío":
El vídeo va camino de llegar a las 700.000 reproducciones y ha conseguido más de medio millar de comentarios, entre ellos muchos cuestionando cómo había accedido el hombre a la casa. Para explicarlo, Lidia y Miguel han compartido hasta tres vídeos más reiterando que la puerta está abierta porque "es una casa de agencia y aquí viven siete personas más", con lo que entran y salen continuamente y, de hecho, reconocen que "no sabíamos si era un compañero de piso nuevo".
Aseguran que Jorge "no era mala gente" y se fue sin problema, pero han aprovechado también para reconstruir sus pasos: "Lo primero que te encuentras es el frigorífico y el coleguita vino por aquí, lo abrió y se largó de frutas", describe Miguel, incidiendo en que ellos llegaron del trabajo y se fueron al gimnasio a la una de la tarde y volvieron a las 14:30. "Estuvo aquí poco tiempo", concluyó el chico, defendiendo además que mantener la puerta abierta en Holanda es más habitual y que no tienen nada de valor en la vivienda.
En otro de los vídeos, relatan que sí llegaron a llamar a la Policía, pero el hombre se fue antes y les dijeron que ya no hacían falta. Además, ante los comentarios que aseguran que se enfrentarían a él, Miguel defiende que nunca podría pegarle porque "no sabéis cómo ha llegado a esta situación", pero también reconoce que no estaba por la labor de "darle una mantita y chocolate" cuando se ha colado sin permiso en su casa. Ha reiterado también que en el país "los delitos sin diferentes, hay mucho trabajo", con lo que los robos no suelen ser un problema: "Es bastante más seguro que España y Latinoamérica".