Todavía faltan 10 días para que empiecen a girar los bombos del sorteo de la Lotería de Navidad, pero a más de uno ya le ha tocado el Gordo al más racista de las redes sociales. La entrevista que Europa Press realizó a cuatro niñas de San Ildefonso en los ensayos previos está sirviendo a no pocos tuiteros para plasmar su odio en X con comentarios del todo censurables, sobre todo al referirse a menores, como es el caso.

Desde que en 1771, durante el reinado de Carlos III, un niño llamado Diego López se convirtió en el primer alumno del colegio madrileño en cantar la Lotería nacional, los pequeños de San Ildefonso llevan siendo speakers oficiales desde el primer sorteo navideño, el de 1812. Ubicado en pleno centro de Madrid, fue orfanato hasta la llegada de la democracia, con la que también llegaron las niñas en 1984, pues antes era solo masculino.

Con más de dos siglos de historia, la institución se dividió en dos a finales de los 90: una residencia-internado en la que conviven unos 60 niños y niñas de familias que están pasando por un momento vulnerable, y un colegio público dependiente de la Comunidad de Madrid. En el vídeo que se ha hecho viral por el motivo incorrecto ―debería haberlo sido por el desparpajo de las pequeñas y sus confidencias―, aparecen Natalia (12 años), Paula (13 años), Elisabeth (12 años) y Yesica, de 13 años.

"Navidad en Namibia"

Con más o menos vergüenza ante la cámara, Natalia parece la más atrevida y cuenta que este será su tercer sorteo, formando ahora pareja con Paula, para la que será el cuarto, así que son "veteranas". Relatan que el día antes cuesta dormir en general y los profesores acaban haciendo sesiones de meditación para que se relajen y puedan descansar. Confiesan también que la comida que les ponen durante esa mañana del 22 de diciembre es de las cosas que más les gustan:

Pero, como decíamos, hay quien es capaz de ensombrecer incluso un vídeo como este, de cuatro niñas tímidas e ilusionadas hablando del que puede ser uno de los días más importantes de sus cortas vidas. Así, entre muchos otros comentarios que se han podido leer en las respuestas y los citados del tuit, nos encontramos con esta retahíla de insultos racistas:

Menos mal que la reacción del resto de tuiteros está siendo contundente, avergonzados por el odio que destilan algunos contra los menores únicamente por el color de su piel:

Habría que verles la reacción si alguna de ellas canta el número de su décimo, seguro que cambiaba el cuento racista.

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