La vida en otro país puede ser complicada. Aparte de estar lejos de los seres queridos, hay ciertos hábitos muy distintos a los que uno está acostumbrado. El choque que provocan, incluso en costumbres que se ven generalizadas, se está convirtiendo en un apartado más de los asuntos en redes sociales. En TikTok, por ejemplo, hay decenas de usuarios que hablan de estas diferencias. En España es habitual ver a ciudadanos que se han marchado y cuentan cómo varían los comportamientos fuera o lo contrario: extranjeros que llegan aquí y les llama la atención desde la comida hasta la forma de pagar en un bar.

En el caso de Danielle Grobman, una joven estadounidense que llegó a España hace casi ocho meses, sus vídeos tratan sobre costumbres diarias, sobre la forma de salir por Madrid, los desayunos impensables o las ventajas de un país sobre otro (como la sanidad pública). En uno de sus últimos vídeos, la norteamericana se centra en algo cotidiano que le llama la atención: la forma de deshacerse de los residuos.

Grobman habla sobre el reciclaje y lo que le supone un "choque cultural inusual y para el que nadie te prepara". "En Estados Unidos solo tenía que hacer con la basura dos cosas: el plástico y vidrio en el contenedor azul y luego todo lo demás, incluyendo el cartón, al negro normal", explica, señalando la diferencia existente en la clasificación por colores de los contenedores nacionales, con más de cuatro tipos.

@daniellegrobman Seriously, what is this garbage disposal system? I need a users manual… #cultureshock #spain #madrid #trash #confused #american #travel #travellife #spanishtiktok ♬ original sound - Danni G

"Todos vosotros estáis drogados, no hay otra palabra para eso", sentencia esta creadora de contenido, que no da crédito a que existan tantos contenedores en función del uso de reciclaje (cartón y papel, vidrio en el verde, plástico...). "Creo que debería haber un manual para los usuarios cuando nos mudamos aquí", apunta.

Su grabación también esgrime que este choque puede deberse a la "pereza" estadounidense en el asunto. Danielle también se pregunta quién se toma en verdad tanto tiempo en su día a día en reflexionar sobre toda la clasificación adicional, cuando, simplemente, podrían "tirarlo y listo", sin pensar de "qué materiales o componentes está hecho".

Un sistema con décadas de historia

Los contenedores azul y amarillo empezaron a colocarse hace ya 25 años. Al mismo tiempo, en 1997, se aprobaba la Ley de Envases. Al principio, la transición fue complicada para muchas personas, pero a estas alturas casi todo el mundo tiene papeleras diferentes en casa para reciclar. De hecho, según Ecoembes, organización encargada de la gestión del reciclaje de envases en España, el 80% de los hogares españoles son recicladores activos que separan los residuos diariamente.

Cada uno tiene una función: el amarillo es el indicado para depositar los envases, ya sean de plástico, metálicos (como las latas, las bandejas de aluminio, aerosoles, etc.) o briks de leche, de sopa o de la salsa de tomate. También se incluyen aquí los tubos dentífricos, el papel film y de aluminio, las bolsas de plástico (excepto las bolsas de basura), las bandejas de corcho blanco y las cajas de plástico de frutas, verduras o carne.

El azul es quizás el contenedor más claro de todos. Aquí se depositan el papel y el cartón. El contenedor marrón es en el que se depositan los restos de alimentos, tales como pieles de frutas, espinas de pescado, cáscaras de huevo, etc. También las servilletas o papel de cocina usados. Al contenedor verde van todos los envases de vidrio, como tarros, frascos, botellas o botellines. El error más común en este contenedor es que muchas veces se confunde vidrio y cristal.

Por ejemplo, en el verde no deben desecharse los espejos, los vasos, las bombillas, la cerámica o las vitrocerámicas. Todos ellos deben ir al contenedor gris o al punto limpio. El último contenedor es el de los restos, con tapa naranja. Aquí va todo aquello que no se pueda depositar en el resto de los contenedores.