Absuelven al “Santísimo coño insumiso” de ofender los sentimientos religiosos
El juzgado de Sevilla que instruye el caso archiva la causa denunciada por la Asociación de Abogados Cristianos. “No hicieron escarnio de sus dogmas, creencias o ritos”, aclara el auto.
21 septiembre, 2016 04:11Noticias relacionadas
“No consta que la intención de las personas que organizan y participan en la procesión sea la de ofender los sentimientos religiosos de las personas que profesan la religión Católica, no hicieron escarnio de sus dogmas, creencias o ritos, tampoco vejaron públicamente a quienes profesan esta religión, ni la procesión tuvo como fin inequívoco el de ofender los sentimientos religiosos”, esgrime la jueza del juzgado de instrucción número 10 de Sevilla para archivar la causa contra los dos sindicalistas y tres feministas que procesionaron por las calles de Sevilla al “Santísimo coño insumiso” y el “Santo Entierro de los Derechos Sociolaborales”.
Los hechos se remontan a los meses de abril y mayo de 2014, días antes de la Semana Santa, cuando en sendas manifestaciones, los denunciados portaron la reproducción grande de una vagina para protestar por el despido de una empleada de una empresa de autobuses, también por el 1 de Mayo.
Un nuevo auto, al que cabe apelación ante la Audiencia Provincial de Sevilla, ratifica ahora que se archive el caso y quita la razón a la Asociación de Abogados Cristianos, que se personó como acusación particular al entender que “durante la marcha, anarquistas y feministas radicales realizaron diferentes vejaciones de la fe cristiana”. Según denunciaban, las imputadas iban “portando una vagina de plástico vestida de virgen María, haciendo escarnio de oraciones como el Padrenuestro o el Ave María y profiriendo amenazas del tipo ‘hay que quemar la Conferencia Episcopal”.
Sin embargo, según la tesis de la jueza que ha llevado la instrucción, para que se consideren lesionados estos derechos “se requiere que haya intencionalidad por parte de quienes lo comenten y, en este caso, se ha considerado probado que el fin de la manifestación no era vejar la fe cristiana sino hacer una defensa de los derechos de la mujer”, argumenta la letrada encargada de la defensa de las mujeres, Pastora Filigrana. “Es un fallo esclarecedor”, confirma la abogada de tres de los cinco imputados: tres feministas y los dos organizadores de la manifestación del 1 de Mayo en Sevilla, Miguel Sevillano, Secretario General de CGT- Sevilla, y Félix Cervera, Secretario de Organización de CGT-A.
Según ha explicado CGT en un comunicado, en el auto de la jueza por el que se archiva la causa, se hace referencia a la ponderación y equilibrio de dos derechos fundamentales: el de la libertad ideológica y religiosa y el de la libertad de expresión. “Para que los actos expuestos constituyesen un delito debería darse un ánimo deliberado de ofender los sentimientos religiosos, no constando los mismos, por lo que el auto estima que “el no creer en los dogmas de una religión y manifestarlo públicamente está dentro de la libertad de expresión”, añaden.
El sindicato también argumenta que “con episodios como este, que ha supuesto una desagradable experiencia para las cinco personas imputadas, se pone en un gravísimo riesgo no solo derechos básicos como la libertad de expresión, de pensamiento o de creencias religiosas, sino también principios que son imprescindibles para la convivencia como son la tolerancia y el respeto de lo diferente”.
A favor de los acusados también se posicionó el Pleno del Ayuntamiento de Sevilla, que el pasado mes de febrero aprobó una moción presentada por Participa Sevilla –unido a Podemos– en la que instaba a la acusación particular y a la Fiscalía a retirar los cargos contra los imputados, para quienes se pedían hasta tres años de prisión por un presunto delito contra los sentimientos religiosos. Este hecho llevó a la jueza encargada de la instrucción a pedir amparo al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) para reprobar la actuación del consistorio hispalense por ir en contra de la independencia judicial.
Alivio en las acusadas
La del 1 de Mayo de 2014 fue una manifestación más para Antonia, una de las tres imputadas. Días antes, leyó un cartel en la pared en el que se anunciaba la marcha con motivo del Día del Trabajo y, como venía siendo habitual, decidió asistir. Ella es de Méjico y desde que llegó a Sevilla hace nueve años viene participando en movimientos sociales a favor de los derechos de la mujer. Pero el guion fue diferente y meses después acabó acusada, lo que le ha ocasionado una intranquilidad “por la inseguridad” que tiene “como inmigrante”.
“Sí tuve miedo”, reconoce. “Me sentí perseguida y criminalizada por perseguir mis derechos”, añade Antonia Ávalos, sorprendida por la reacción de la Asociación de Abogados Cristianos, que se personó en la causa como acusación. “Ellos tenían la intención de señalarnos como brujas, mujeres provocadoras que desafiaban la fe católica; y nada más lejos de la realidad, nuestra lucha tiene que ver con nuestra libertad de disfrutar nuestro cuerpo, de nuestro erotismo, de ser mujeres y tener un pensamiento distinto al de la iglesia”, explica la joven, que asegura que la acusación ha sido “muy dura con sus declaraciones”.
Sin embargo, a pesar de los trastornos ocasionado, se mantiene firme en su propósito de continuar con estas acciones. “Vamos a seguir saliendo con nuestras vaginas a la calle para seguir luchando”, confirma. “La vagina es un símbolo de libertad. Ya se aprovechan de ella los proxenetas así que porqué no la vamos a usar nosotras para defender nuestros derechos”, concreta.
Tanto ella como sus dos compañeras imputadas aplauden la decisión de la jueza que ha archivado la causa y que “ha desmontado los argumentos de quienes denunciaban a sabiendas de que no existía fundamento jurídico que sostuviera su tesis”, puntualiza Antonia. Ahora, las tres respiran tranquilas y dejan de lado meses de preocupación. “Ha habido nervios, la verdad, porque al toparte con la justicia te encuentras al arbitrio de lo que decida una jueza; pero tenía el convencimiento de que se terminarían esclareciendo los hechos”, añade Rocío Ballesta, otra de las imputadas.
Como sus compañeras, ella no acudió a la cita como organizadora sino como simple participante. Pero detalla que la manifestación ponía el cierre a la semana de la Lucha Social, convocada por varios colectivos sevillanos. “Llevo años participando en el 1 de Mayo y me parecía interesante acompañar a otras mujeres en la procesión del Santísimo coño insumiso”, asegura.
La manifestación recorrió varias calles del casco antiguo de Sevilla, pasando incluso por delante de la basílica de la Macarena, centro neurálgico de las devociones de la ciudad, también por el arco que cada Madrugada de Jueves Santo atraviesa la virgen de la Esperanza. A su paso, y según se puede ver en uno de los vídeos que ha utilizado la Policía para identificar a las participantes, las manifestantes gritaban consignas como “la virgen María también abortaría”.
“Nuestra intención era llamar la atención, de ahí que utilizáramos un símbolo muy sevillano: una procesión”, detalla Rocío. Pero detrás de la fanfarria las participantes querían poner de manifiesto su reivindicación “por los derechos reproductivos de la mujer” o “visibilizar la doble discriminación laboral, por ser mujeres y por la reforma del Gobierno”.
- En estos meses, ¿se ha arrepentido de haber participado en la procesión del ‘coño insumiso’?
- Nunca, estaba en mi derecho de asistir a las manifestaciones, ejerciendo el derecho de mi libertad de expresión. Si tuviera que volver a hacerlo, lo haría. No tengo ningún problema. Ya lo volvimos a hacer con motivo del carnaval. No tenemos miedo de ejercitar nuestra libertad de expresión.
Por su parte, la Asociación Española de Abogados Cristianos han anunciado su intención de recurrir el archivo hasta los tribunales europeos. “Parece que la juez en su auto olvida que se gritaron reiteradamente amenazas violentas como ‘hay que quemar la Conferencia Episcopal”, sostiene su presidenta, Polonia Castellanos. “¿Por qué la juez –cuestiona– no dice ni una sola palabra del escarnio que se hace de la religión modificando sus oraciones cambiando el Ave María y el Credo por unas pseudo-oraciones vejatorias?”. “Vamos a lucharlo hasta los tribunales de Estrasburgo si fuese necesario –concluye–, porque la libertad religiosa es un derecho humano que debe ser respetado”.