Solo hacía un mes que Estefany González había recibido puñetazos, arañazos e insultos por parte de su pareja y padre de sus hijos. La joven dominicana de 26 años se armó de valor entonces porque aquel infierno ya no le afectaba solo a ella, sino a lo que más quería en este mundo: su pareja comenzó a lanzarle objetos con el fin de golpearla y uno de ellos cayó sobre su hijo de 3 años. Estefany rompió su silencio, dijo "basta ya" y decidió denunciar al padre de sus dos hijos y pedir una orden de alejamiento. No fue suficiente.
Tras denunciar los hechos, Estefany acudió al juzgado número 2 de Sanlúcar, cuya titular, Brígida Muro, emitió un auto denegando la orden de alejamiento solicitada porque consideró lo ocurrido una "crisis de relación de pareja" y porque los agentes no apreciaron una "situación objetiva de riesgo" para la denunciante.
Estefany fue asesinada este domingo en Olivares (Sevilla) presuntamente a manos de la que ya era su expareja desde aquella pelea hace un mes. Recibió una puñalada en el corazón con un cuchillo de cocina de unos 30 centímetros de longitud. La herida en el tórax resultó mortal. En los brazos y en las manos Estefany sufría heridas "de defensa", que demuestran que la joven trató de evitar el ataque. Un ataque que se cometió en presencia de sus dos hijos, de 3 y 5 años.
En lo que llevamos de año, en España han sido asesinadas 34 mujeres por los hombres con los que tenían o habían tenido una relación. De ellas, 14 (un 41,2%) habían interpuesto una denuncia; de las 34 asesinadas, 16 lo fueron a manos de su expareja y 18 de su pareja, según datos oficiales del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.
24 menores han quedado huérfanos
El asesinato de Estefany causó gran conmoción en el pueblo en el que vivía, donde se concentraron los vecinos para condenar lo ocurrido. "La mayor preocupación de Estefany eran sus hijos, unos hijos que pensaba pondría en peligro si contaba lo que le pasaba y que en su afán de protegerlos hoy están solos", explicó la delegada municipal de Igualdad, Carmen Mateos.
Durante este año, 24 menores han quedado huérfanos por violencia de género; es decir, son hijos o hijas de víctimas mortales.
De las 34 asesinadas en 2016 -todavía se están investigando 7 casos-, 10 solicitaron medidas de protección. En el momento del asesinato, 5 mujeres (un 14,7%) contaban con ellas.
"Es necesario que las personas que sufren maltrato denuncien su situación, y a partir de ahí les acompañemos en todo el proceso, que se sientan protegidas, apoyadas", apunta Mateos.
Medidas policiales según nivel de riesgo
Para tratar de otorgar la protección necesaria a tiempo, el Ministerio del Interior aprobó el pasado mes de agosto un nuevo protocolo para valorar el nivel de riesgo de las mujeres maltratadas. En él, se incluyen medidas policiales de protección como la vigilancia del domicilio, del lugar de trabajo de la víctima o el control del agresor.
Siempre que se tenga conocimiento de un episodio de violencia de género, la actividad policial se dirige a determinar los factores referidos a la violencia sufrida por la víctima: las relaciones mantenidas con el agresor; los antecedentes del propio agresor y su entorno; las circunstancias "familiares, económicas, sociales y laborales" en las que se encuentra la víctima y el agresor; y, por último, la retirada de denuncias, la reanudación de la convivencia y si la víctima ha renunciado al "estatuto de protección" concedido.
Lo que este protocolo en teoría pretende es "perfeccionar" el sistema de valoración y adaptar las medidas policiales según los niveles distintos niveles de riesgo: no apreciado, bajo, medio, alto y extremo.
Según el nivel en el que se encuentre cada mujer, la Policía le transmite unos consejos determinados y se fijan las medidas policiales de protección que deben ser adoptadas, siempre de manera "personalizada e individual".
Asimismo, los agentes encargados de la protección de las víctimas vuelven a valorar este nivel de riesgo periódicamente, realizando nuevas entrevistas con la víctima o personas de su entorno.