El Govern balear ha querido dar carpetazo al caso de la niña agredida por algunos compañero en el patio de su colegio de Mallorca con el informe realizado por Inspección Educativa en el que se concluye que la paliza se produjo por una disputa y donde se descarta “completamente” que se trate de un caso de bullying.
Una versión que coincide con la ofrecida por el ministro del Interior tan sólo 24 horas después de conocerse la agresión, con la del conseller de Educación y con la del fiscal superior de las islas. Un relato que nada tiene que ver con el narrado por la familia de la pequeña: “Sí hubo acoso, se han tapado unos a otros, son una manada de sinvergüenzas”. Así ha cargado, en declaraciones a EL ESPAÑOL, contra todos ellos.
Han pasado diez días desde que el caso saltase a los titulares de todos los medios de comunicación y tras las informaciones cruzadas entre la familia y los cargos públicos y el mutismo en el que ha permanecido anclado la dirección del colegio Anselm Turmeda de la barriada de Son Roca, en Palma, quedan algunas incógnitas que resolver pese a que el Govern balear haya querido dejar zanjado el asunto.
¿Qué provocó la paliza?
Durante el recreo, un grupo de estudiantes de Primaria -entre los ocho y los doce años- jugaron un partido de fútbol divididos en dos equipos. Uno de ellos formado por alumnos de 4º, 5º y 6º de Primaria y otro de 3º, 4º y 5º de la misma etapa educativa, donde se encontraría la pequeña agredida. Según relató su hermana a este diario, a la chica “le encanta” jugar al fútbol, “lo hace muy bien” y la insultaban y tachaban de “marimacho” por practicar este deporte.
Cuando sonó el timbre que marcaba el final del tiempo de recreo, la alumna cogió el balón para entregárselo al profesor. Y a partir de aquí las versiones son contradictorias. Según la familia, uno de los presuntos agresores se abalanzó sobre ella por la espalda y de una patada hizo que se cayese al suelo. Posteriormente colocó una rodilla sobre su espalda para inmovilizarla y entonces comenzaron los puñetazos y patadas.
Sin embargo, la versión ofrecida ayer por el Govern tras la investigación llevada a cabo por los inspectores dice que alumnos del equipo contrario, que habría perdido el partido, corrieron detrás de ella hasta que consiguieron alcanzarla. Habría caído al suelo, presuntamente empujada por alguno o algunos alumnos, iniciándose un forcejeo. Todo ello en un espacio de tiempo inferior a un minuto.
¿Cuántos alumnos participaron?
En un primer momento la hermana de la niña apaleada Melissa Milán explicó a los medios que habían sido 12 los alumnos implicados en el incidente y que estos tenían unas edades comprendidas entre los 10 y los 14 años. Es decir, según el curso natural, se trataría de estudiantes de cursos superiores a la niña y algún repetidor de curso.
En contra, la investigación ha establecido que fueron siete los alumnos implicados. Dos de ellos tendrían 8 años, uno 9, otro 10, dos de 11 años y un último de 12 años. Uno fue el que empujó a la alumna hasta que cayó al suelo y continuó un forcejeo por la posesión de la pelota. Un niño se unió al forcejeo por el balón, otro fue empujado involuntariamente por una alumna, que a su vez había sido empujada. Todos cayeron sobre la niña. Otros dos estudiantes se lanzaron para conseguir el balón. En esos momentos de forcejeo, uno le pegó alguna patada a la alumna.
¿Había profesores vigilando?
Pese a que la versión del gobierno autonómico asegura que la trifulca no duró más de un minuto, cabe preguntarse por qué ningún profesor intervino para parar la violencia. Los familiares de la víctima insisten en declaraciones a este diario que no se encontraba ningún docente en la zona del recreo porque había ido a ayudar a otra niña a incorporarse a la fila para entrar a clase.
Mientras, el informe hecho público este martes constata que sí había dos profesores en el patio. Se cumplían así, tal y como establecen las normas de funcionamiento de las escuelas baleares para este curso.
¿Por qué nadie avisó a la familia?
Cuando finalizó el recreo y la paliza a la niña, agredidos y agredida volvieron a clase y continuaron con la programación normal con total normalidad. Según la investigación realizada por los inspectores, ni los tutores ni otros profesores, que estuvieron al frente de su clase entre las 12:00 y las 14:00 horas, observaron ninguna secuela física evidente por la que avisar a la madre de la pequeña. Tampoco acudieron al botiquín con el que cuenta el centro ya que “sólo” mostraba, siempre según la versión institucional, pequeñas marcas en el codo y en la pierna tras la caída y el forcejeo.
Esto choca de manera frontal con el parte médico que la tuvo hospitalizada durante más de 24 horas. Cuando la madre fue a recoger a su hija al colegio, fue avisada del incidente pero los docentes le explicaron que “se encontraba bien”. No obstante, la progenitora decidió llevarla al servicio de urgencias del hospital de Palma y allí le detectaron fractura de costilla, desprendimiento de riñón y contusiones por todo el cuerpo.
¿Es un hecho aislado o hubo acoso escolar?
La familia de la niña ha explicado a este diario que se sienten “indignados” y “muy cabreados” por las explicaciones dadas por los cargos públicos. No entienden que no hayan llegado “al final del asunto” y que se hayan “tapado unos a otros”: “Son una manada de sinvergüenzas”. Esto es porque ellos insisten en la idea de que su hija menor sufría acoso escolar desde que comenzó este curso. Fue entonces cuando pasó a 3º de Primaria y empezó a compartir patio de recreo con estudiantes de cuatro años mayores.
Tal y como se desprende del informe, queda descartado “totalmente” que se trate de un caso de bullying y se constata que la alumna estaba integrada en el centro educativo y era muy estimada tanto por los alumnos como por los profesores.
Así, la dirección del centro ha decidido que los alumnos con participación más activa en los hechos, por haberlos iniciado o por haber participado de manera más violenta (2 alumnos de 8 años y 1 de 9 años), sean suspendidos del derecho a asistencia a clase durante un periodo de cinco días.
Por otra parte, se propone igual corrección para los dos alumnos de más edad, 11 y 12 años, al considerar que se tiene que tener en cuenta la diferencia de edad con la alumna y que como los alumnos de mayor edad no sólo no tendrían que haber participado en los hechos sino que tendrían que haber mediado para que no se produjera ningún hecho violento.
Los dos alumnos restantes, de 10 y 11 años, debido a su participación menos activa y violenta en los hechos, serán suspendidos del derecho de asistencia al centro durante un periodo de 3 días.
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