Al valenciano Tomás Gil le está tocando recordar, cinco meses después, la agresión xenófoba que sufrió en Bournemouth "por hablar español". Era mayo cuando él y su amiga Silvia salieron de un pub inglés después de una noche de fiesta y se toparon con Daniel Way, de 37 años, quien después de insultarles por ser españoles arrancó una tabla del mobiliario urbano y se la estampó en la cara: "Puto español, habla en inglés".
"Me puso la mandíbula casi del revés", explica Gil en conversación telefónica con EL ESPAÑOL después de que el vídeo de la agresión saltase a todos los medios de comunicación. Las imágenes han sido difundidas una vez que la justicia británica ha condenado a Way a doce meses de cárcel, a realizar trabajos sociales y a pagar 800 libras al valenciano.
Gil recuerda cómo a las cinco y media de la madrugada se cruzaron con el agresor y, tras unos primeros insultos, decidieron dejarlo pasar. No obstante, el condenado continuó insultando a la pareja de trabajadores españoles porque se encontraban conversando en castellano. Fue entonces cuando, tambaleándose sobre sus pasos, el británico arrancó una tabla y golpeó con ella la cara del español. "No me dio tiempo a verlo", admite.
Como se puede observar en las imágenes captadas por las cámaras, son varias las personas que en ese momento se encontraban en la calles las que se acercaron a socorrer a la pareja de españoles.
"Nunca había visto algo tan heavy"
Cuando se produjo la agresión, Gil llevaba cuatro años viviendo en esta ciudad del sur del Reino Unido. Allí viajó como muchos jóvenes en busca de oportunidades laborales y para perfeccionar su nivel de inglés. Según recuerda a este diario, durante ese tiempo trabajó en cocinas, fábricas y detrás de la barra, pero "en ninguna ocasión" había sufrido ningún incidente xenófobo como el que registraron las cámaras de seguridad.
"Yo cuando vi el video me sorprendió. Nunca había visto algo tan heavy", asegura la víctima. Lo pudo ver ya en Comisaría, después de pasar unas cuantas de horas en los servicios de urgencia, donde determinaron que no tenía fractura de ningún hueso de la cara. "Tuve la cara hinchada durante una semana, los dos primeros días me las veía canutas para masticar", explica a este diario.
La agresión no le hizo volver a España
Gil admite que la agresión no hizo que volviese a España. "La decisión de volver ya estaba tomada". Así, a finales de agosto regresó a su ciudad natal dejando atrás casi un lustro en tierras inglesas. Pero este sábado, un mensaje en su muro de Facebook le hizo volver al pasado.
"Mira tío, ¿te acuerdas de esto?", le preguntó su amigo haciendo referencia a una noticia publicada por un medio local. Gil no tenía ni idea, ya que, tal y como le explicó a la Policía cuanto le tomaron declaración, él volvió a España y cambió de teléfono. Tampoco ha recibido ninguna notificación vía mail en la que se informe de la condena al agresor ni la compensación que debería de recibir de casi 900 euros.
Es más, no ha recibido ninguna notificación pero sí se lo ha comunicado el propio agresor. Según relata el valenciano, Daniel Way le ha pedido perdón también a través de Facebook y le ha informado de que tiene que empezar a pagar la multa el próximo mes de noviembre.