“Me ha dicho tantas mentiras. Esta bodega es una víctima más, de haberlo sabido, habríamos denunciado”. Quien así se expresa en declaraciones a EL ESPAÑOL es una responsable de la bodega Vins Nadal de Mallorca, un pequeño negocio de apenas cinco empleados que dio trabajo al padre de Nadia entre 2005 y 2007.
Lo hacía como operario y desde que se fue a vivir a la península siguieron colaborando con la causa de su hija -enferma de tricotiodistrofia- cediéndole vinos para que los vendiese en la tienda que Fernando Blanco tenía en el municipio de Organyà (Lleida). Ahora dicen sentirse engañados tras el arresto de su exempleado, detenido por una presunta estafa a costa de la enfermedad de su hija.
“Nunca le dábamos dinero, colaboramos con vino”, dice esta persona, que pide mantenerse en el anonimato. Reconoce que durante los últimos años había mantenido con el padre de Nadia una relación de amistad, pero lamenta haber descubierto que ha estado diciendo “mentiras” sobre Vins Nadal.
Niegan que le facilitasen los coches
Fernando Blanco aseguraba que trabajaba para esta empresa, según se desprende del sumario del caso a partir de los testimonios de vecinos de la localidad ilerdense en la que se estableció hace cuatro años. Otros vecinos informaron además de que el ahora detenido alegaba que los coches que utilizaba se los facilitaba la bodega.
“Cuando se fue a vivir a la Península mejoró su nivel de vida. Él nos decía que había pasado a trabajar para una gran bodega de vinos ahí. Es imposible que nosotros pudiésemos facilitarle coches porque no tenemos. Nosotros usamos nuestros propios vehículos que son muy normalitos y nos los hemos pagado nosotros”, explica a EL ESPAÑOL esta empresaria vinícola.
El sumario del caso indica que Blanco también decía trabajar para otra empresa del sector llamada Grandes Vinos de España. Al menos en la bodega de Mallorca trabajó durante dos años y desde 2007 no volvió. Allí ocupaba el puesto de operario, es decir, realizaba labores de “mantenimiento cuando había que embotellar o arreglar una luz que se había roto”. Tenía un régimen de media jornada, recuerdan en este negocio, desde donde apuntan a que difícilmente podría vivir sólo de eso.
Sin actividad en la tienda
La investigación en torno a esta presunta estafa ha podido determinar que, aunque el padre había abierto una tienda de vinos en Organyà, no tenía ninguna actividad. Por esa razón se ha encargado al SEPBLAC (Servicio Ejecutivo de la Comisión de Prevención del Blanqueo de Capitales) un informe de sus actividades en la que se determinará si Fernando Blanco utilizaba ese establecimiento como tapadera para el blanqueo de dinero y para hacer pasar como ingresos mercantiles fondos que realmente procedían de la solidaridad.
De un primer estudio de sus extractos bancarios de los últimos cuatro años se desprende que ni Fernando Blanco ni su mujer Margarita Garau tienen ingresos por actividades laborales ni mercantiles.
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