Madrid se ha convertido este jueves en la primera ciudad española que limita el tráfico a la mitad de su parque automovilístico debido a los altos índices de contaminación. Con alguna excepción que otra, las calles de la capital han sido testigo de cómo por su asfalto sólo rodaban vehículos con matrícula impar “con total normalidad” en una jornada que ha dividido a madrileños -y turistas- entre partidarios y críticos con la medida del Ayuntamiento, pero que también ha dejado anécdotas: del Esperanza Aguirre “encerrada” en casa a las más de 200 multas, pasando por las opiniones divididas de los madrileños.
“No me han multado, sólo informado”
La capital amaneció con dispositivos policiales -situados en los accesos al centro de la ciudad- que se limitaron a informar a los conductores de vehículos con matrícula par de que no podían seguir su camino. Unos controles disuasorios y preventivos para que estos madrileños que no se habían enterado de que 24 horas antes el Ayuntamiento había activado el escenario 3 por alta contaminación. “No me han multado, sólo informado”, explicaban estos conductores que evitaron una multa de 90 euros.
Carmena esconde las multas para “no desviar la atención”
Fuentes de la Policía Municipal han asegurado a este diario que durante la mañana se interpusieron más de 200 multas a vehículos con matrícula par que circulaban por el perímetro interior de la M-30. No obstante, el Ayuntamiento de Madrid -que hace alarde continuo de su política de transparencia- no quiso facilitar datos sobre el número de sanciones impuestas.
La delegada de Medio Ambiente y Movilidad en el Ayuntamiento de Madrid, Inés Sabanés, se limitó a decir durante la valoración de la jornada que “ya hablaremos cuando toque”. Porque, en su opinión, abordar este asunto es “desviar la atención”: “Hoy nos toca transmitir que estamos ante un problema de salud pública y la ciudadanía está respondiendo muy bien", aseguró.
Esperanza, “encerrada en casa”
La portavoz de los populares en el Ayuntamiento de Madrid, Esperanza Aguirre, cargó contra la medida del Consistorio -pese a que el protocolo anticontaminación es de la era de Ana Botella, antigua alcaldesa del PP- a primera hora del día: “Estoy encerrada”. “Fíjese qué mala suerte tengo yo, vivo en una casa en la que vive también un hijo mío. Pues mi hijo y su mujer tienen matrícula par. Yo y mi marido, también con matrícula par”, lamentó la ex presidenta madrileña.
Como ella, dijo, más gente “atrapada” dentro de la M-30 con matrículas pares “que no puede salir, por ejemplo, de vacaciones”. Horas más tarde, el deber -un pleno extraordinario- la sacó de su encierro. Un amigo suyo fue hasta su casa para llevarla -a un kilómetro- hasta el Palacio de Cibeles, donde se celebró el pleno, según explicaron fuentes próximas a Aguirre.
“Primero la salud” vs “medida ideológica”
La opinión de los madrileños ha estado dividida entre aquellos que han celebrado la “valentía” de Madrid para “atajar un problema que afecta a nuestra salud” y los que consideran que la ordenanza municipal es una “medida ideológica” que no ataja “de raíz el problema”.
Esther, de Móstoles y trabajadora en un centro comercial del norte de Madrid, aseguró a EL ESPAÑOL que había ido a trabajar en su coche con matrícula par a pesar de la prohibición porque en transporte público tarda “casi dos horas”. “Imagina salir a las 22:00 de la noche y tener que estar dos horas entre autobús y tren. Me niego, es sólo ideología”.
No opina lo mismo Javier, quien a primera hora de la mañana se dirigía a su trabajo en bicicleta. “Se va mejor en bicicleta”, reconocía este madrileño, quien asegura que la medida es positiva por cuestiones de salud.
Repunte del servicio de los taxis
El escenario 3 del protocolo anticontaminación tan sólo recogía la recomendación -que no restricción- de que los taxistas no se desplazaran sin clientes por el centro de la ciudad. Así, el sector registró durante este día impar un ligero repunte en llamadas, aunque según reconoció el presidente de la asociación del gremio, se trata de una semana que “suele ser tranquila”.
A lo largo de la mañana -cuando se conoció que Madrid levantaba la prohibición de circulación al 50% de los vehículos para este viernes y sábado- un juez suspendió las restricciones de tráfico para los vehículos de chófer privado como Uber o Cabify, empresas enemistadas con el sector del taxi. El juez entendió que se discriminaba a estas empresas frente a los taxistas.
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