Día Internacional contra el Acoso Escolar: las claves para detectar y erradicar el 'bullying'

El 2 de mayo se celebra el Día Mundial contra el Acoso Escolar para visibilizar los riesgos que conllevan este tipo de comportamientos tóxicos reiterados que afectan a miles de niños, niñas, adolescentes y sus familias en España. Uno de cada cuatro alumnos reconoce haber participado en una situación de acoso escolar sin darse cuenta.

Es un dato que se desprende del IV Informe sobre acoso escolar y ciberbullying La opinión de los estudiantes, de la Fundación ANAR y la Fundación Mutua Madrileña, que investiga y analiza las respuestas de 5.123 alumnos y 229 profesores de 301 centros escolares de la Comunidad de Madrid, la Comunidad Valenciana, Castilla y León, Islas Baleares e Islas Canarias.

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Mientras el acoso escolar sigue mutando, llama la atención las diferencias en la percepción del mismo por parte del alumnado y el profesorado. El 45,4% de los chicos y chicas considera que su profesor "no hace nada" y un 61,7% achaca esa desidia a su centro escolar respecto al bullying del que el 24,4% de los alumnos ha sido testigo. Casi la mitad del profesorado (45,9%), mayoritariamente de la educación secundaria, ha tenido conocimiento de algún caso de acoso escolar. Situaciones de las que se suelen enterar porque se lo contó algún testigo (46,7%), un miembro de la familia (42,9%), el propio alumno y víctima del acoso escolar (41%) o por sus propios medios (34,3%).

Saber detectar las señales de alarma del bullying en casa y en el centro educativo

Las señales de alerta que pasan por atender a posibles evidencias de golpes, rasguños, arañazos o moretones, pero también a cambios de humor y comportamiento repentinos que pueden implicar bien más irritabilidad, ansiedad o sensibilidad, baja autoestima y aislamiento, o bien más agresividad contra sí mismos y los demás.

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El bullying hace que la víctima somatice el estrés y la ansiedad, de forma que se puede manifestar también en síntomas físicos de dolor y malestar diversos: dolores de cabeza, de vientre; cambios en la alimentación, como la pérdida del apetito o incrementar notablemente la ingesta; trastornos del sueño como el insomnio, pesadillas, o la necesidad de dormir todo el día para aislarse.

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Un indicador clásico de que el niño, la niña o adolescente estaría siendo víctima de acoso escolar es el llamado síndrome del domingo por la tarde, que se caracteriza por el fuerte rechazo a la idea de volver a su centro escolar al día siguiente y puede venir acompañado de dolores psicosomáticos y llanto. Curiosamente, para el mundo adulto, el síndrome del domingo es también una forma de ansiedad anticipada causada por un mal equilibrio entre la vida laboral-personal y el agotamiento.

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Observar atentamente el comportamiento de los alumnos es clave para detectar el acoso escolar y estar en disposición de erradicarlo. Así, aquellos que sufren acoso podrían manifestarlo no queriendo ir a sus clases, ni al recreo, ni participar de actividades vinculadas a la escuela, como cumpleaños, excursiones o trabajos en grupo. 

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También se puede apreciar en cambios abruptos en su rendimiento escolar y en problemas para concentrarse que antes no tenían, así como pueden perder objetos personales y los útiles los escolares, los deberes, el dinero o la merienda sin ofrecer una justificación lógica.

Radiografía del acoso escolar en España

Según la investigación de la Fundación ANAR y Mutua Madrileña, aunque se ha producido un repunte de los casos de acoso escolar en el curso escolar 2021-2022, estos siguen en niveles más bajos que antes de la pandemia. Del 24,4% de los alumnos que dicen haber sido testigos del bullying en su centro escolar, el 55% son mujeres y el 44% varones. 

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Según esta investigación, los chicos sufren ligeramente más acoso escolar que las chicas, tanto en solitario (55,2% de chicos frente al 47,2% de chicas), como en grupo (23% frente al 20,3%, respectivamente). En cuanto al perfil de los acosadores escolares, resulta que el 72,6% de los casos de bullying se llevan a cabo en grupo, un fenómeno, el del bullying organizado, que viene incrementándose en los últimos años. Esto significa que tres de cada cuatro episodios de acoso escolar detectados en 2022 han contado con dos o más agresores.

Estos son los tipos de agresión más comunes en el acoso escolar:

• Insultos, motes y burlas (89,49%)
• Marginación y aislamiento (41,74%)
• Difusión de rumores (31,83%)
• Agresiones físicas, como golpes y patadas (31,08%)
• Amenazas e intimidación (27,18%)
• Robo y rotura de objetos personales (19,07%)
• Hacer fotos y vídeos sin su consentimiento (13,96%)

Estos son los motivos que utilizan los acosadores escolares para amedrentar a sus víctimas en España:

• Por su aspecto físico (56,5%)
• Por las cosas que hace o dice (53,6%)
• Por sus notas (20,7%)
• Por la agresividad misma del acosador (20,2%)
• Por su cultura, raza o religión (19,6%)
• Por su olor o nivel de higiene personal (17,9%)
• Por sus problemas psicológicos (17%)
• Por su orientación sexual (16,1%)
• Por sus problemas con el lenguaje (p. ej., tartamudeo) (16%)
• Porque es nuevo en el centro educativo (15,3%)
• Porque tiene alguna discapacidad (14,6%)
• Por motivos desconocidos (19%)

El 29,9% del alumnado piensa que la víctima de bullying lo ha sufrido durante más de un año; el 42,95% considera que la situación ha durado unos meses y el 25,3% cree que se prolongó durante semanas.

Un niño sufre acoso escolar de dos compañeros de clase. iStock

El ciberacoso o ciberbullying en España

La percepción de los estudiantes sobre el ciberacoso ha descendido, si bien un 8,3% de los alumnos se muestran convencidos de que alguien en su clase es víctima del ciberbullying. Lo novedoso es que, si bien WhatsApp sigue siendo el principal canal por el que se produce (66,9%), otras redes sociales están convirtiéndose en el escenario del ciberacoso: Instagram se dispara hasta el 53,1% y TikTok hasta el 48,6%. 

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Los alumnos de Primaria también mencionan los juegos online, Twitch y Facebook como entornos digitales donde se produce el acoso escolar. El estudio apunta que los acosadores son compañeros conocidos del centro escolar en el 85,2%, la mayoría de la misma clase. Un avance registrado en este acoso escolar virtual es que, al preguntar a los alumnos qué pueden hacer para solucionarlo, mencionan el hecho de comunicarlo a un adulto (29,1%), la opción principal, el borrar o bloquear la cuenta y eliminar los mensajes (20,8%) o denunciarlo (20,1%).

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La figura del coordinador de bienestar y protección en los centros educativos que recoge la Ley de Protección Integral a la Infancia y Adolescencia frente a la Violencia (Lopivi), y se entiende como clave para combatir el acoso escolar o bullying, tenía que haberse aplicado en 2022. Sin embargo, según denuncia la ONG Educo, las gestiones para la incorporación de esta figura al entorno educativo apenas han comenzado en 11 de las 17 autonomías españolas, de las cuales sólo cinco hacen referencia a su plan formativo.