Cuatro personas con parálisis cerebral haciendo uso del servicio de acompañamiento médico de ASPACE Coruña.

Cuatro personas con parálisis cerebral haciendo uso del servicio de acompañamiento médico de ASPACE Coruña. ASPACE Coruña La Coruña

Sociedad

Carmen, la cuidadora que acompaña a las personas con parálisis cerebral cuando nadie más puede

Desde que ASPACE La Coruña puso en marcha este servicio el año pasado, se han realizado casi 300 acompañamientos. 

17 julio, 2023 00:19

Es una tranquilidad para nosotros saber que cuando no podemos ir, hay un servicio de confianza en el centro para llevarlo”. Con estas palabras, Arturo Miragaya, (79 años) describe el servicio de acompañamiento que ofrece la Asociación de Padres de Personas con Parálisis Cerebral de A Coruña (ASPACE Coruña), que facilita a las personas con parálisis cerebral y sus familiares el acceso a la atención médica.

Él y su esposa, Eutiquia Prieto (76 años), están jubilados y son padres de Jesús, uno de los usuarios con parálisis cerebral de la asociación. “Normalmente, solemos llevar nosotros a Jesús a los médicos”, explica Miragaya en un correo a EL ESPAÑOL. “Al estar jubilados, tenemos tiempo para ir al médico, pero por motivos de salud no siempre podemos ir”, añade.

Pero en el último año, por motivos de salud, no han podido acompañarle a todos sus compromisos médicos. Cuando ellos no le han acompañado, lo ha hecho Carmen Piñeiro, cuidadora de la residencia de ASPACE Coruña. Desde hace unos meses, ella es la encargada del servicio de acompañamiento para personas con parálisis cerebral de la entidad social. 

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ASPACE Coruña puso en marcha el servicio el año pasado gracias a la convocatoria anual de ayudas a entidades sociales de la Fundación Mutua Madrileña. Y en su primer período activo, se realizaron 184 acompañamientos. En el periodo actual (hasta finales de mayo), llevan 94. “Es un servicio muy útil, de hecho, nos apuntamos cuando lo ofertaron", confiesa Miragaya.

Este servicio se lanzó como solución a una necesidad de las familias que conforman la asociación. El gerente de la organización sin ánimo de lucro, Ricardo Iglesias, explica su funcionamiento: “Básicamente, es un servicio de acompañamiento para que las personas con parálisis cerebral puedan acudir a sus citas en los centros médicos”.

Un "trabajo gratificante"

“En una semana normal puedo realizar dos o tres acompañamientos”, explica Piñeiro. Esta cuidadora trabaja en el centro residencial ASPACE Coruña en Sada de lunes a viernes y gestiona, en coordinación con el servicio de enfermería, el acompañamiento a citas médicas. “Yo recojo las citas y las apunto en mi agenda”, señala.

“Cuando las familias no pueden ir, siempre están con la incertidumbre y los nervios”, confiesa Piñeiro. Pero está convencida de que, al ser ella una persona que conoce bien a los usuarios, quien los lleva a consulta médica, en palabras suyas, “le quita hierro al asunto”.

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“[Los cuidadores de la residencia] llevamos muchos años con ellos y los conocemos muy bien”, señala Piñeiro. Además de conocer sus comportamientos y sus manías más frecuentes, “también sabemos cómo tranquilizarlos cuando se estresan o se ponen nerviosos”, añade. Al preguntarle por cómo se siente al realizar la labor de acompañamiento, Piñeiro lo tiene claro: “Es un trabajo gratificante. Si no, no lo haría”.

¿Cómo funciona?

Existen varias maneras de beneficiarse del servicio. Los familiares pueden dejarlo todo en manos de Piñeiro, hacer uso del transporte que facilita la asociación o esperar a los usuarios en el centro médico para entrar juntos a consulta. El primer paso, en todos estos supuestos, es comunicar el día y lugar de la cita médica. Para ello, los familiares avisan directamente, y con el mayor tiempo posible de antelación, a la residencia o al trabajador social para poner en marcha la gestión.

Cuando llega el día de la cita, la responsable del acompañamiento, Piñeiro, se desplaza al lugar de recogida y lleva al usuario a la ubicación que se ha indicado. Después, describe la responsable, “nosotros nos encargamos de entrar con ellos en consulta, de recoger toda la información y después trasladarla a las familias y al servicio de enfermería de la residencia”.

El servicio de acompañamiento médico de ASPACE Coruña no solo atiende las citas de atención primaria y de especialista, sino que también se encarga de ofrecer apoyo cuando hay que entregar muestras para analíticas o recoger volantes.

Algunos usuarios con parálisis cerebral son capaces de comunicarse. En esos casos, señala Piñeiro, “ellos son los que hablan con los médicos”. “Los acompañantes solo estamos ahí para recoger la información que ellos no entienden o que puedan llegar a olvidar después”, añade. Y señala que ella prefiere que se comuniquen por sí solos: “así ven que les hacemos caso y que saben comunicar”.

'Una necesidad latente'

Iglesias argumenta que el servicio de acompañamiento es una necesidad latente que tienen las familias "desde hace varios años”. Su implementación responde a la combinación de varios factores: la frágil salud de los familiares, el acceso a centros de salud y la dificultad para el transporte.

En total, atienden a 125 personas con parálisis cerebral. Las familias socias de la entidad están repartidas por toda la provincia de La Coruña. “Hay quienes viven en Xove, en la Mariña lucense, en Monterroso, en el centro de Lugo, en Santiago de Compostela, en Ribeira, en Carballiño o en Cea”, explica Iglesias.

Y, en su mayoría, “su edad ronda los 70 años”, explica Iglesias. Esto hace que su agenda médica se multiplique. “Las personas que atendemos que no están enfermas, se ponen enfermas o tienen que someterse a un seguimiento médico”, explica Iglesias.

Además, muchas de ellas no cuentan con vehículos adaptados a las personas con parálisis, que suelen utilizar silla de ruedas. Por eso, concreta Iglesias, la propuesta se llevó a la Junta Directiva y salió adelante. Después, “hablamos con las familias y el 99% dijeron que sí”, añade Iglesias.

Pero sea cual sea el motivo que les impide llevarles al médico, las familias “tienen la seguridad de que una profesional nuestra los va a llevar”, explica Iglesias. Esta sensación también la perciben los usuarios. Rafael Gómez —o Toli—, usuario del servicio con parálisis cerebral, explica que gracias al servicio, va más tranquilo.

“Siempre tenía que ir en taxi porque mi hermana no tiene coche adaptado, y ella me esperaba allí”. Pero ahora puede ir con una persona que conoce. Además, cuenta que gracias a él, ha podido ahorrar un buen dinero en transporte.