Monkole, el hospital del Congo donde el deseo de dar a luz "sin temer a la muerte" se hace realidad
Desde la capital de Kinsasa, el centro vela por la salud de mujeres y niños en el país con apoyo de Fundación Mutua Madrileña y otras oenegés españolas.
28 agosto, 2023 00:07Cada día, en el mundo fallecen más de 800 mujeres por causas relacionadas con el embarazo que podrían prevenirse. Un porcentaje significativo de ellas lo hace en la República Democrática del Congo, donde se necesitan menos de 25 minutos para contabilizar la muerte de una madre y, con ella, el nacimiento de un niño que llega huérfano al mundo.
[Los niños lloran de hambre en Myanmar: 6 de cada 10 familias no pueden comer]
Congo cuenta con una de las mayores tasas de mortalidad materno-infantil en todo el globo. Así lo indica Naciones Unidas en su último Informe de Desarrollo Humano, y lo combaten a diario desde el hospital Monkole, un centro que se localiza en la capital de Kinsasa, y lleva años destacando tanto por su excelencia como por la calidad humana de sus profesionales.
Desde el hospital, la doctora Celine Tendobi dedica su trabajo diario a velar por la salud de las personas más desfavorecidas. En especial, de la de las mujeres y los niños, a la que atiende como jefa del área de Ginecología y Obstetricia y como promotora de iniciativas orientadas a la ayuda asistencial, como es el caso del Proyecto Forfait Mamá.
El programa, organizado en colaboración con la oenegé española Amigos de Monkole y con la Fundación Mutua Madrileña, se impulsa con el objetivo de enfrentar los desafíos que comprende la sanidad materno-infantil en un país como Congo, en el que, constituyéndose como uno de los diez países más pobres del mundo, la renta per cápita apenas supera los 350 euros anuales.
El origen de un hito
El hospital Monkole se ubica en un barrio en el que vivir en una situación distinta a la de la pobreza extrema es más una excepción que una norma. Y tal vez sea precisamente eso lo que hace de este centro un lugar tan singular.
En 1991 abrió sus puertas con tres camas y un quirófano, desde los que trataban de atender a todos los pacientes que iban llegando. Sus muros se levantaron con un propósito al que siguen respondiendo hoy, pero con la diferencia en que ahora son más de un centenar las personas que pueden pasar la noche en sus instalaciones.
Lo que comenzó en unos barracones hoy destaca como un hospital de referencia al que principalmente acuden mujeres embarazadas, madres y niños. Monkole cuenta con una unidad de neonatología y cuidados intensivos pediátricos, en la que se atienden anualmente a 100.000 menores congoleños.
Los retos de Monkole
Todas estas unidades están a la vanguardia en el país congoleño, en el que más de la mitad de las muertes podrían evitarse mediante tratamientos asequibles y de fácil aplicación. "Es el caso de la malaria, las infecciones y las hemorragias durante los partos, tres de las causas más frecuentes de muerte entre las congoleñas", explica la doctora Tendobi en conversación con EL ESPAÑOL.
A estas patologías también se suma el cáncer de cérvix, cuya incidencia en países de bajos recursos puede ser hasta diez veces mayor, y, por razones demográficas, se espera que siga aumentando en el continente a lo largo de los próximos años.
No sorprende la abundancia de este tipo de enfermedades en las calles de Kinsasa. Allí, explican desde la fundación española Amigos de Monkole, se estima que este tipo de cáncer suma más de 3.000 casos nuevos cada año. "En esta localización geográfica, por desgracia, la incidencia coincide con la mortalidad", añaden desde la oenegé.
Otra de las dificultades a las que se enfrenta la ciudad a diario está en los datos sanitarios. O son escasos o no están disponibles, pero como agravante de esto, solo el 17% de los países subsaharianos cuentan con un programa y un presupuesto específico para combatir el cáncer de cuello uterino.
La doctora Tendobi es una de las más de 300 personas que trabajan en el hospital para poner solución a este problema. En los últimos años, además de atender a mujeres embarazadas, ha impulsado iniciativas como la promovida junto a la Universidad de Navarra en el marco del programa Elikia.
El programa surgió en 2022 con el objetivo de implementar medidas de prevención precoz de los tumores —como los cribados— que sean de calidad, económicamente sostenibles y adaptadas a las características socio-demográficas del Congo. Junto a esta iniciativa también ha habido otras vinculadas con España a través de voluntarios y oenegés que colaboran por la protección de la salud congoleña.
El proyecto Harambee es otro de los que también se incluyen en la lista. Desde 2002, la organización trata de impulsar el desarrollo del país con iniciativas educativas, cooperando con entidades locales por la construcción de un futuro autogestionado y en defensa de los valores del África subsahariana.
Su vicepresidente, Ramón Pardo de Santayana, lleva años viajando al corazón de África y conoce bien la preocupación que aleja a las madres de la idea de acudir a un hospital. "Son mujeres fuertes, robustas y tradicionalmente han estado acostumbradas a dar a luz en casa, como hicieron sus madres con ellas", relata a EL ESPAÑOL.
Es habitual que quienes viven en la periferia rechacen en un primer momento la idea de ir a un hospital con las instalaciones que tiene Monkole —cada vez más cerca de imitar la calidad de los estándares europeos— porque asumen que no podrán costearse los cuidados. "Lo primero que tenemos que hacer es conseguir que vayan al hospital", explica la doctora Tendobi.
La especialista lamenta que, en las regiones del interior del país, "hay mujeres que mueren en sus casas o de camino al centro de salud por la falta de carreteras y consultorios en la proximidad de sus pueblos". Monkole es, en este sentido, el único hospital del país que atiende a todos los pacientes con independencia de sus recursos.
Oportunidades para avanzar
Para poder hacer frente a sus necesidades durante el embarazo, Amigos de Monkole promueve el programa Fortait Mamá en colaboración con la Fundación Mutua Madrileña.
Forfait Mamá nació en la primera década del siglo XX con el objetivo de ayudar en el parto a mujeres embarazadas sin recursos económicos. Se trata de una iniciativa que se mantiene hasta hoy y con la que, en estos años, han ayudado a más de mil madres residentes en la región.
El programa ofrece una tarifa fija de, aproximadamente, 50 euros que pagan las propias madres para poder ser atendidas durante el embarazo, parto y postparto en el hospital. La atención que se ofrece en el centro de Kinsasa comienza con las primeras ecografías y termina con el cuidado al recién nacido desde la unidad de neonatología, con la doctora Tendobi al frente.
El coste medio que le suponen estos procedimientos al hospital es diez veces mayor a la recaudación que se obtiene de los pacientes, lo que implica un verdadero reto para el centro kinés. Es por esto que Amigos de Monkole impulsa, desde España, la participación social y el apoyo colectivo a la financiación del hospital, para garantizar que se siga velando por la reducción de la mortalidad en Congo.
En cuanto a la salud infantil, a la oenegé le faltan 50 días para conseguir la recaudación necesaria para que diez niños puedan operarse de raquitismo en el país.
Con estas iniciativas, el hospital da muestra de lo que se dice de la ciudad que lo acoge, que es una de contrastes. Si al otro lado de sus muros el hambre y la desnutrición azotan a una de las poblaciones más grandes del mundo, en los pasillos de Monkole no hay trabas que impidan recibir la atención que debería tener cualquier ciudadano. Una que vela por el respeto a los derechos humanos, y que hace posible que las nuevas generaciones lleguen al mundo de forma digna y segura.