Un control de alcoholemia suele ser un momento incómodo para muchos conductores que, a pesar de haber circulado sin tomar ni una sola gota de alcohol, siempre se ponen nerviosos cuando tienen un encuentro con la Guardia Civil. Sin embargo, hay veces que esos controles dejan historias tan curiosas como esta que se ha producido en Irún.
Un guion inesperado tanto para las autoridades como para este hombre de 57 años que ha terminado detenido por un delito contra la salud pública. El pasado domingo, agentes de la Policía Local de Irún se percataron en un control de que un hombre iba circulando en extrañas circunstancias y de manera defectuosa por una avería.
Concretamente, llevaba un neumático pinchado. Por ello, decidieron darle el alto para intentar ayudarle. Aprovecharon para hacerle el perceptivo control de alcohol y drogas. Y como en ambas pruebas dio negativo, se dispusieron a ayudarle para que pudiera seguir su marcha de manera eficiente. Sin embargo, no esperaban la gran sorpresa que se iban a encontrar.
La Policía le ayuda a cambiar una rueda y acaba detenido
Estos agentes de la Policía Local de Irún han vivido una historia que seguramente nunca podrán olvidar. Una de esas que llena informativos, pero no por lo que muchos esperan. Si no por lo inverosímil de su buena acción. Mientras estaban realizando un control de alcoholemia rutinario, comprobaron que había un coche que circulaba en mal estado.
Concretamente, llevaba un neumático visiblemente pinchado. Por eso decidieron detenerle para, además de someter al conductor a las pertinentes pruebas de alcohol y drogas, poder ayudarle para que pudiera continuar su marcha con total normalidad sin riesgos ni peligros. Sin embargo, no esperaban lo que se iban a encontrar.
Al ayudar a este conductor a cambiar su rueda, abrieron el maletero del coche para buscar el gato que necesitaban para realizar dicho cambio. Y fue ahí cuando se llevaron una inesperada sorpresa. El hombre de 57 años estaba transportando más de 10 kilos de hachís en once paquetes perfectamente prensados.
Como no podía ser de otra manera, la Policía Local de Irún detuvo al hombre de manera inmediata y avisó a la Unidad Canina de la Ertzaintza para descartar que hubiera presencia de otras sustancias en el vehículo. Estos perros resultan casi infalibles para encontrar cualquier tipo de droga o sustancia que puede estar escondida en habitáculos que se escapan de la vista de los agentes y de cualquier tipo de control.
El peso de estos paquetes totalmente prensados superaba los diez kilos, por lo que el conductor acabó detenido por presunto tráfico de drogas que implicaba un delito contra la salud pública. En estos momentos, el hombre que ha protagonizado el cambio de rueda y el control de alcoholemia más surrealista que se recuerda en Irún se encuentra en prisión sin fianza.
La noticia ha dado ya la vuelta a la región y hasta el Ayuntamiento de Irún ha agradecido la labor de estos agentes en un caso que se ha viralizado de manera inevitable: "Esta efectividad policial contribuye, o puede derivar, a detectar posibles infracciones o, como ha sido este caso, proceder a detenciones por presuntos delitos contra la salud pública".
[Así afectarán los cambios de las tasas de alcoholemia en estas fechas navideñas, según la DGT]
Según se recoge en el Código Penal, el tráfico de drogas puede acarrear penas de entre 1 y 3 años en caso de que estas no estén tipificadas como graves contra la salud pública. Además, conlleva una multa económica en función de su valor. Estas sustancias son la marihuana, el cannabis y el hachís.