
Imagen de archivo. Hombre entrando al Juzgado.
Jarro de agua fría para un trabajador despedido por ser elegido delegado sindical: la justicia da la razón a la empresa
Se consideró que el directivo se unió al sindicato para protegerse de su despido, hecho considerado una ‘maniobra fraudulenta’.
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Un directivo de una empresa en Bilbao decidió presentarse a las elecciones sindicales para convertirse en delegado.
En principio, esto no tendría nada de irregular. Sin embargo, la compañía lo demandó, argumentando que, en el momento en que presentó su candidatura, el directivo ya sabía que su puesto estaba en peligro debido a un despido colectivo.
La empresa sostiene que su postulación tenía como objetivo “blindarse” frente a su inminente despido. Ante esta situación, el Juzgado de lo Social número 2 de Bilbao analiza el caso y las posturas de ambas partes.
¿Cómo lo protege su condición de delegado sindical?
Ser delegado sindical en el marco de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) o de despidos colectivos, como en este caso, puede implicar una protección especial regulada por el Estatuto de los Trabajadores y la Ley Orgánica de Libertad Sindical.
Dicha protección otorga a los delegados sindicales prioridad para mantenerse en la empresa en caso de despido. Además, si se demuestra que el despido se debe a su actividad sindical, este se consideraría nulo y obligaría a la empresa a readmitir al trabajador en su puesto.
Hechos probados
Se ha demostrado que, en efecto, el directivo tenía acceso a información confidencial debido a su alto cargo y que, en el momento de postularse como delegado sindical, ya sabía que su puesto estaba afectado por el despido colectivo.
Por otro lado, la jueza destacó que el directivo “jamás había tenido ninguna actividad sindical”. Al contrario, tenía acceso a información clasificada y actuaba como interlocutor de la empresa ante la representación de los trabajadores.
Asimismo, la magistrada calificó la acción del directivo como una 'maniobra fraudulenta' cuyo único propósito era blindarse frente a su despido, sin ninguna relación con la defensa de los intereses de los trabajadores afiliados. Su verdadera intención, argumentó la jueza, era “obtener consecuencias favorables para sí mismo”.
Tras analizar estos hechos, el Juzgado concluyó que la elección del directivo como delegado sindical constituyó un ejercicio abusivo del derecho y una acción fraudulenta. Finalmente, se determinó que dicha maniobra “no puede ser amparada por los tribunales”.