Úrsula Corberó, que interpreta a Ruth, y Adam Jezierski, que interpreta a Gorka.

Úrsula Corberó, que interpreta a Ruth, y Adam Jezierski, que interpreta a Gorka. E.E.

Educación

La violencia machista entre Ruth y Gorka de 'Física o Química' que los jóvenes no saben detectar

Los guionistas reprodujeron los ciclos reales de la violencia. La mayoría no supo identificarlo como violencia de género e incluso culpaba a la víctima. 

11 febrero, 2019 19:27

La serie Física o Química causó furor entre los jóvenes. Quizás por se veían representados de alguna forma o quizás porque veían una ficción de desenfreno que siempre es atractiva a esa edad y no se podía conseguir en la realidad. El caso es que en sus cuatro años de emisión acumuló tres millones de espectadores.

Sin embargo, tuvo su parte de polémica y no pocas asociaciones de padres intentaron interrumpir su emisión por el tipo de temas que se abordaban: drogas, embarazos adolescentes, fiestas, líos entre alumnos y profesores y un etcétera muy morboso. 

La serie ha vuelto a ser examinada, esta vez por la relación de dos de sus personajes, Gorka y Ruth. Ambos fueron interpretados por los actores Úrsula Corberó y Adam Jezierski, que ahora tienen un revivir televisivo, ella en La Casa de Papel y él en Vota Juan. El análisis aparece en el estudio Representación de la violencia de género en las series adolescentes: el discurso de los jóvenes a través de la serie Física o Química

El estudio ha sido elaborado por la investigadora de la Pompeu Fabra María José Masanet y Frederik Dhaenens de la Universidad de Gante. En él abordan la violencia machista a la que Gorka somete a Ruth y analizan cómo han respondido los jóvenes de los foros de fans, algo muy útil para ver si los jóvenes reconocen la violencia de género cuando la ven. 

“Elegimos esos personajes porque eran los favoritos del público”, asegura Masanet. “Era interesante ver cómo los adolescentes daban sentido a esa relación y entrábamos en los foros para ver cómo discutían las escenas de violencia de género que, además, seguían el círculo de la violencia real”, añade. 

Con el círculo de la violencia, Masanet se refiere al ciclo real en el que se materializa la violencia de género. Primero, la relación va bien hasta que la cosa se va tensando. Ahí aparecen las primeras pequeñas muestras, como el control y los celos. Después, se llega a la violencia real que puede ser física o psicológica, como era el caso de la serie. 

Ese momento es el culmen y de ahí se pasa a lo que se llama la luna de miel. Esta fase está caracterizada por el arrepentimiento, por el hombre diciendo que va a cambiar o la mujer justificándole y esperando ese cambio. Pero después vuelve la violencia, ya que es cíclica. 

“En la serie repetían ese ciclo constantemente. En la primera fase observamos que era como una lluvia fina que no entendían como violencia y cuando llegaba la parte en la que la mujer sufría bulimia por su humillación, les costaba entenderlo porque habían obviado los signos anteriores”, cuenta Masanet por teléfono. “Ahí llegaban incluso a criticar a la víctima, justo porque no lo entendían”, añade. 

Y luego, como en la vida real, “cuando llegaba la luna de miel muchos de los que entendían que sí había maltrato volvían a cambiar de opinión y pensaban que en realidad él sí que la quería”. 

Esta dinámica sin embargo cambió, se desconoce si por azar de los guionistas o si se hizo de manera premeditada. El ciclo de violencia que se representaba de Gorka hacia Ruth eliminó la parte de la luna de miel, la parte del arrepentimiento y la conciliación y se centró en repetir directamente la parte de tensión y violencia. Ahí la gente sí lo entendía.

El problema es que en la vida real no se muestra así y los jóvenes muchas veces confunden signos de violencia de género con amor. En 2017, un estudio de la Universidad de Sevilla aseguraba que el 30% de las jóvenes no era capaz de identificar signos de violencia de género. Cuestiones como el control obsesivo, el acceder al teléfono móvil y el tener que justificar en todo momento dónde se está se suelen confundir con estereotipos románticos y con la idea de que la pareja ama y por eso se hace. 

La cuestión, sin embargo, que Masanet no sabe resolver porque no es fácil, es la de saber si ese tipo de actitudes mostradas en Física o Química podrían empapar a los jóvenes. Es decir, si por verlo lo repetirían ya que como los personajes son personalidades aspiracionales.

“Los estereotipos gustan, sobre todo a esa edad, porque estás construyendo tu identidad y aferrarte a lo que está aceptado es más sencillo”, dice Masanet. “De todas formas, la audiencia no es una hoja en blanco que absorbe todo, había que ver cada caso y cómo lo entienden en base a su contexto”, añade. 

Lo que Masanet sí que tiene claro es que la solución a este problema no consistía en prohibir que los jóvenes vieran la serie o que se dejara de emitir. Lo dice porque se ponían temas encima de la mesa que a muchos padres y profesores ya les gustaría poder hablar con sus hijos y gracias a los personajes lo estaban haciendo.

 “Es que es mucho más fácil hablar con ellos a través de la serie porque cuando lo hacen en realidad están hablando sobre sus creencias, y de eso se puede aprender cómo piensan”, apuntala Masanet.