El proceso de digitalización ha acelerado la transformación de las universidades. Ya no se trata sólo de la formación online, se trata también de aplicar todo este proceso de tecnologización al ciclo completo: desde la docencia al aprendizaje. Tanto es así que “aquellas universidades que trasladen las ventajas digitales a todas las disciplinas tendrán una gran ventaja competitiva”, afirma Marta López, directora de Selección de Accenture.
De lo que se trata es de ver cómo adaptar todo el ciclo de la enseñanza “a las nuevas generaciones y de acostumbrar la vida universitaria a las nuevas prácticas educativas”, sentencia. Para ello es fundamental involucrar a los alumnos, pero también a los profesores que -en muchas ocasiones- les cuesta más adaptarse a todos los cambios que se están produciendo.
Un diagnóstico en el que coincide Manuel Abellán, Industry Executive Higher Education Spain at Microsoft, quien reconoce que “existe una disparidad en el profesorado importante. Sobre todo entre quienes imparten carreras tecnológicas y los que no. Es por ello por lo que el reto es lograr que quienes dan clase de humanidades puedan incorporar la tecnología, y para eso es necesario hacer un reskilling” con ellos.
El objetivo es alcanzar una “docencia y una investigación de calidad, que son las dos patas fundamentales en las que se basan las universidades”, tal y como reconoce el secretario general de Universidades. José Manuel Pingarrón está inmerso ahora en ultimar los detalles del Real decreto de ordenación de las enseñanzas universitarias que espera tener listo “durante el verano o justo a la vuelta”.
Un documento que, junto a los fondos europeos, deberían contribuir a la digitalización de la red de universidades españolas. “Unidigital es un plan que busca la mejora en esta materia en las infraestructuras, pero también contempla el desarrollo de proyectos cooperativos entre universidades”, sentencia el secretario general de universidades.
Innovación
Palabras pronunciadas durante su intervención en el encuentro Tras la transformación digital: el nuevo escenario de las universidades españolas en colaboración con la Universidad CEU-San Pablo. Precisamente la rectora de este centro, Rosa Visiedo, explica que de lo que se trata es de “innovar en los medios y las herramientas, pero también en la metodología y los formatos pedagógicos así como en los sistemas de evaluación”.
En cualquier caso, la rectora de la USP-CEU, reconoce que, en ocasiones, los centros tienen algunos problemas para adaptar su oferta a las necesidades del mercado. “Los procedimientos para modificar un título son largos y debería ser un objetivo del Ministerio el intentar agilizarlos”. Algo en lo que también coincide el secretario general de universidades, quien reconoce también que hay otras alternativas para ofrecer complementos educativos a los alumnos.
Una clara referencia a las actividades extracurriculares y títulos propios que los centros universitarios pueden ofrecer. Aun así, Pingarrón reconoce que el nuevo Real Decreto “abre la puerta a las innovaciones docentes que permitirán dar certificados a los estudiantes para que conste si existe o no una cierta innovación docente”.
En lo que ambos coincidieron es en que no se pueden poner en marcha grados pensando a futuro si no hay certeza de que se van a poder mantener en el tiempo. También en la importancia que tiene que empresa y universidades vayan de la mano. De ahí que Visiedo insista en que ambas partes colaboren de forma conjunta para formar de la mejor manera posible en competencias a los estudiantes.
También en esa línea avanza el director general de DigitalES, Víctor Calvo-Sotelo, quien insiste en que hay que trabajar en “conectar a las empresas con la universidad y la administración”. De hecho, explicó que su organización ya trabaja en esta tarea y también en incorporar “el uso de la tecnología para un último fin que es la educación”.
Ahora bien, ojo al dato que aportaba el responsable de Microsoft: “La tasa de abandono de grado en el sistema universitario en España es del 33% y, de ellos, el 21% deja la universidad. Eso supone un coste de 1.000 millones de euros para el sistema”, explicó. Precisamente, para reducir esas tasas, es esencial -explicó- aplicar la tecnología de modo que los centros puedan adelantarse al momento de salida del alumno.
El camino acaba de empezar, y como dice la rectora de la Universidad CEU-San Pablo, “las universidades estamos en plena transformación digital”.